La clase obrera está harta de esta crisis, el gobierno no da respuestas y la derecha sigue dividida sin acaparar el descontento. Las juventudes no compran el discurso oficialista que invisibiliza el ajuste. Con la crítica no alcanza, hay que organizarse.
Por Brian Cienfuegos.
El 10 de diciembre de 2019 asumió Alberto Fernandez la presidencia de la nación, y en su discurso fue claro, iban a solucionar los problemas que el macrismo había dejado en Argentina, además se nos invitaba a hacerles notar cuando cometan un error. En la práctica se han olvidado de los intereses de la clase obrera, la que le dio los votos necesarios para poder ganarle las elecciones al Pro-JxC, puesto que han priorizado los intereses de la patronal.
Si, todos sabemos que existe una pandemia que dejó a casi todos los países en crisis o las profundizó. Bueno, no a todos, a los países socialistas, por ejemplo, si bien les afectó, la crisis no se sintió tanto en los sectores populares y las economías, si bien crecieron más lento que años anteriores, crecieron igualmente. Pero no vamos a pararnos a comparar aquí, pues las condiciones materiales son distintas. Hoy vamos a hablar de la necesidad de organización de la clase obrera.
Un breve repaso del gobierno nacional en 2020
EL encargado del Ministerio de Economía fue Martín Guzman, un neo estructuralista que venia estudiando los problemas macroeconómicos. La primera medida del equipo económico fue enviar al congreso el proyecto de «ley de Solidaridad y Reactivación Productiva», que fue aprobado el 21 de diciembre. El 17 de diciembre se firmó la suspensión provisoria del Consenso Fiscal 2017 que habían firmado los gobernadores con el gobierno nacional y que obligaba a los gobiernos provinciales a reducir impuestos durante 2020.
El contexto de la economía argentina era malo: mediante un informe del Indec, el 15 de enero de 2020 nos enteramos que la inflación acumulada de 2019 había sido de 53,8%, un número aterrador que nos colocaba como el país con la mayor inflación de la región, solo superada por Venezuela, y uno de los países con mayor inflación en el mundo.
El Frente de Todos tuvo un primer año de su gestión desgraciado, pues se encuentro atravesado por la pandemia del covid-19, que según las estimaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional está produciendo la mayor recesión global desde la Gran Depresión en 1929. Una pandemia que aún no ha terminado, y que puede significar, salvo que el gobierno haga un giro radical, más crisis.
El primer objetivo del gobierno fue negociar el pago de la deuda contraída durante el macrismo con el FMI. Estas negociaciones empezaron en enero de 2020 y finalizaron recién en agosto, cuando Guzman llegó a un acuerdo con el 93,5% de los acreedores, por lo que se reestructuró 99 % de la deuda emitida bajo legislación extranjera. Sin embargo, sin fondos, el gobierno tuvo que suspender el pago de la deuda hasta 2021. Es importante el pago de la deuda, pues para poder obtener fondos el gobierno recurrió a realizar un ajuste estructural que afectaria a la mayoría de obreros y sobre todo a los jubilados.
Es verdad, al comienzo de la pandemia el gobierno comenzó con una buena administración, no solo por priorizar la cuarentena para salvar vidas, si no también por aplicar políticas de emergencia económica como la "Prohibición de despidos y suspensiones unilaterales por 120 días"; el programa de "Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP)" por el cual el Estado nacional abonó la mitad de los salarios del personal en actividad o suspendido; el "Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)" para trabajadores informales y monotributistas sin ingresos.
Sin embargo no tardaría en pactar con la patronal, y dar marcha atrás con la prohibición de despidos en Techint, a quien primero advirtió de que les tocaba colaborar a ellos, y finalmente les avaló, en acuerdo con la patronal, los despidos. En la misma dirección, mientras nadie podía salir del país, se le permitió a Caputo, irse del país y con un ATP de regalo. ATPs que por cierto se otorgaron a las grandes empresas, pero no a muchas Pymes, que con la pandemia y su cuarentena quebraron y desaparecieron o tuvieron que despedir trabajadores. Ya a mitad de año el gobierno dejaba ver que su gestión prioriza los intereses de la patronal y no de las clases populares.
El caso de las IFE no es menor, pues ANSES rechazó muchas peticiones de familias que lo necesitaban, generando un descontento muy grande, a tal punto que, y por otros malos manejos en la institución, su titular Alejandro Varoli, renuncio a su cargo en abril de 2020, siendo reemplazado por Fernanda Raverta. Sin embargo, los problemas con las peticiones de la IFE continuaron, y en noviembre el gobierno descartó el pago de la cuarta IFE, pese a que Guzman había comunicado al lanzar IFE que seria mientras exista el aislamiento social, que en aún no había terminado en diciembre.
Que tema el de los jubilados, que le recortaron dos veces, la primera en mayo, con el aumento del 6,12% de los haberes, que no alcanzó a la inflación, y la mínima no cubrió la canasta básica. El segundo fue en noviembre, con el aumento del 5% que lejos dejaba a los jubilados de recuperar lo que perdieron durante el año con la suspensión de la movilidad jubilatoria y mantenía a la mínima debajo de la linea de la pobreza. Este último aumento fue debate, pues los oficialistas afirmaban que con el aumento, los jubilados por primera ves iban a superar la inflación, sin embargo un informe del Indec de este mes sobre el mes de diciembre, confirmó que la inflación del 2020 fue 36,1%, mientras que el aumento del gobierno a los jubilados fue de 35,3%, confirmando que era mentira la afirmación desde el oficialismo. Ni hablemos de la nueva movilidad jubilatoria, que no tiene en cuenta los precios y crecimientos, y mucho menos garantiza el 82% móvil que prometió en campaña el gobierno.
Con el primer ajuste a los jubilados, donde el gobierno anunció la suspensión de la movilidad, el recorte estimado fue de $72.000 millones, según el IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal).
Y una deuda que ahoga, que el gobierno tanto interés demostró en pagar, sin hacer una auditoría previa, se logró reestructurar un 99% en agosto, cuando Guzman llego a un acuerdo con los acreedores e informó que Argentina pagaría la deuda. Sin embargo, en noviembre, ante la llegada del FMI a la argentina, Guzman pidió "facilidades extendidas", un acuerdo que Argentina ya había pedido con Cavallo, y que en este caso implicó mayor condicionamiento y el anuncio de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, del que hablamos arriba, y que básicamente implicará que los ajustes futuros se hagan sobre una combinación entre el cálculo de la suba de los salarios (50%) y la suba de la recaudación (50 %). En general, con este nuevo acuerdo con el Fondo, el gobierno realizó un ajuste estructural para poder cumplirlo.
Obviamente, existen positivas: por un lado la aprobación del aporte único solidario, que no es el impuestos a las fortunas que buscábamos, si no un impuestos a las fortunas muy limitado, pero que dentro de todo sirve para algo, pues de lo recaudado con un 2,25% de impuestos, un un 20% a la compra y/o elaboración de equipamiento e insumos críticos para la emergencia sanitaria; otro 20% ira destinado a las becas al programa integral de becas Progresar; un 15% será para los programas para el desarrollo de los barrios populares; el 45% del aporte restante solidario iría con destino directo a financiar la actividad capitalista, un 25% va a ir para la exploración y desarrollo de gas natural, y otro 20% corresponderá a las Pymes.
Otra positiva ha sido la aprobación de la Ley de Intervención Voluntaria del Embarazo, que más allá de que el mismo dia el FdT en el Congreso aprobó el ajuste a los jubilados con la nueva movilidad jubilatoria, es cierto que es una lucha que el movimiento de mujeres lleva militando hace más de una década, y significa una importante victoria para las mujeres... pero no el fin del patriarcado, Alberto.
Larreta no es distinto, es otra basura
Y si hablamos de Larreta, aquí ya sabemos que es una basura, y que esta destruyendo a los obreros y sectores públicos de la Ciudad de Buenos Aires, haciendo estupideces como comprar barbijos a $3000 cada uno para ayudar a su amigo Ignacio Saenz Valiente, abogado de Magnetto, o por recortar 371 millones de pesos en educación y 70% en infraestructura de este sector publico.
Larreta se presenta como distinto, pero sus políticas son iguales o peores a las del gobierno nacional. Gobernando la Ciudad más grande del país, no entregó insumos a los trabajadores de la salud, a tal punto que tuvo que intervenir la justicia. Larreta comenzó si realizar testeos en las villas, donde se profundizó la ola de contagios.
A Larreta le importa muy poco la salud, cuando las trabajadoras de la salud le reclamaban mejores condiciones laborales y mayor presupuesto para equipar los hospitales públicos, en septiembre, el Gobierno porteño respondió, si, pero con una represión a quienes están en la primera línea contra la pandemia.
A fines del 2020, Larreta aplico una serie de ajustes y tarifazos. Aprovechando que el foco de atención estaba puesto en la aprobación del aborto legal (proyecto IVE), dispuso una serie de aumentos por encima de la inflación para cuatro rubros a la vez, algunos de ellos con gran impacto en el bolsillo de los trabajadores. Los tarifazos fueron liquidantes en subte, taxis, estacionamientos y VTV.
Pero aquí no se queda el ajuste del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, luego de los tarifazos y ajustes, el gobierno porteño le quitó 371 millones al plan tecnológico Sarmiento a través del cual se proveía a los estudiantes de la CABA de dispositivos digitales, dichos fondos han sido transferidos a los subsidios de la educación privada. Además recortó 70% en infraestructura educativa. Todo esto mientras su amigo, y ex presidente Mauricio Macri, pedía que abrieran las escuelas.
La policía más violenta que nunca
No podemos dejar pasar las locuras de Berni y su policía, responsables directos del asesinato de Facundo Castro. Pero la policía bonaerense no fue la única, según un informe de la Correpi, 92 personas fueron asesinadas durante el 2020 a manos de las fuerzas policiales.
Y si bien podemos decir que la policía lleva años comportándose de esta manera, también es cierto que ni Berni ni Frederic, ni ningún ministro o secretario de seguridad regional, hizo algo por evitar este comportamiento de las fuerzas policiales. De hecho, Berni mandó a sus fuerzas a desalojar con topadoras y fuego a las familias de guernica; Larreta reprimio cuanta manifestación hubo en la Ciudad de Buenos Aires; Gildo Insfran militarizo Formosa sacando a la policía hasta de dia para pedir identificación en todo momento, y así podríamos seguir, pero se haría demasiado extenso el artículo.
Los asesinatos del joven Facundo Castro, y el obrero Luis Espinoza, son los ejemplos más claro del peligro de darle demasiado poder a la policía. Y aunque muchos dicen que la policía no tiene poder hoy en Argentina, basta ver como se planto la policía bonaerense contra Kicillof, haciéndole aceptar su pliego de reivindicaciones, sin juzgar a ninguno de los sublevados, para darse cuenta es demasiado fuerte para militarizar un país durante un año solo por prevenir que la ciudadanía cumpla las restricciones.
La crisis la pagan los trabajadores
La cuarentena fue necesaria, sí, pero generó grandes problemas socio económicos que el gobierno no ha resuelto, ni parece que le importe resolver. Mientras Fernandez y su gobierno ayudaron a las grandes empresas con sus ATP, no solo las Pymes, si no pequeños emprendimientos, como bares, peluquerías, restaurantes o gimnasios pequeños, entre otros rubros, han quebrado al tener que seguir pagando impuestos sin recaudar plata, pues las restricciones les afectan directamente, y en algunos casos como los bares nocturnos siguen siendo afectados con las nuevas restricciones nocturnas. Esto ultimo, ademas de un duro golpe para los trabajadores es un golpe a la cultura, pues muchos bares subsisten de fomentar la cultura con shows y música, y hoy no pueden abrir o tienen que abrir de tarde noche, en un horario que les impide recuperar lo perdido. ¿El ATP? no, aquí no existe el ATP, pues estas Pymes y pequeños emprendimiento no significan una amenaza para el gobierno si quiebran, por ahora.
Pero vamos a lo general, y a los datos, en Argentina durante el 2020, en el segundo trimestre del año se perdieron 3,7 millones de empleos por la cuarentena mas larga del mundo. Aquí no importa si la extensión de la cuarentena fue necesaria o no, lo que importa es que el gobierno no solo no puede garantizar puestos de trabajo, si no que tampoco le puede garantizar un sostén a las personas que quedaron sin empleos. Y esto nos lleva al siguiente punto, la pobreza: entre la subida de la inflacion, los recortes salariales y despidos, Argentina acumulo un total de 40,9% de pobreza en 2020, según el último informe del Indec.
Ya hablamos de los jubilados, ya hablamos de los despidos, de los ajustes, ¿y la inflación? La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido del 4%, de forma que la inflación acumulada en 2020 es del 36,1%, según el Indec. Ahora bien, en lo que va del año, según la consultora privada Ecolatina, los precios en Argentina subieron 3,9 % entre la primera quincena de enero y el mismo período de diciembre. Se prevé que la suba de precios se ubique en torno del 3,5% en enero.
Escandalosa es la subida de los combustibles, dos en 15 días, en un solo mes, siendo la primera de 2,9%, y la segunda de 3,5%. Previamente hubo otra en diciembre de 2020. Y es que, YPF está teniendo pérdidas, y por eso el gobierno necesita recaudar capital, con un impuesto de impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y el del dióxido de carbono (IDC), que implica una suba de los precios finales de entre 1,5% y 2%. Una politica que, por supuesto, impacta sobre el bolsillo de los trabajadores. Como el impuesto al dólar (Impuesto PAIS) del 30%, que para recaudar dólares, que igual van a ir destinados en un 80% al pago de la deuda, el gobierno sacrifica a los trabajadores.
Con la crítica no alcanza, hay que organizarse
Ante esta situación, es necesario que las y los trabajadores, jóvenes, desocupados, y jubilados, nos organicemos, no solo para criticar al gobierno y exigirle, si no para ir construyendo una alternativa que supere las limitaciones del peronismo, pues han dejado en claro que su prioridad es defender los intereses del capital, y que los trabajadores no les interesan. Y aquí bien hablamos de Larreta, por que mucha gente desesperada se inclinara a la oposición más fuerte a este gobierno, como hicimos muchos de nosotros cuando Macri gobernaba. Eso no funciona, pues ya hemos visto gobernar al Pro, y estamos viendo gobernar a Larreta, y lejos de ser distinto, es otro, con el perdón de la palabra, hijo de puta.
No hablo de lo electoral, pues muchos al leer esto, y por la línea editorial de Agitación pensaran dos cosas: ¿romper con el FdT? ¿y el FIT-U?. La verdad es que somos militantes de un Partido, y como tal no es nuestro deber opinar de la estrategia frentista/electoral, pero si podemos hablar de lo extra electoral, de donde nace el poder popular: la organización de la clase obrera en los frentes de luchas de masas para combatir la crisis y las políticas del gobierno entreguista.
Sabemos que muchos de nuestros seguidores son de diferentes partidos/organizaciones, y sabemos que una buena mayoría no milita aun en una estructura. De esta manera, creo (creemos), que es necesario reforzar sus organizaciones, salir militar a todo aquel que esté disconforme y resignado con la situación actual, para organizarlo en la lucha estructurada contra las políticas de hambre y ajuste. Es necesario pasar de la crítica en redes sociales a la organización obrera y popular.
Aquí no quiero hacer bajada de línea de una organización o partido, solo queria comentarles la situación que atraviesa el país y la necesidad de organizarse. Cada cual podrá investigar y acercarse a una organización que más le resulte cercana, lo importante es comprender que el gobierno no escucha las criticas, solo escucha a la patronal y a sus funcionarios, si uno de sus funcionarios, sea nacional o de los gobiernos peronistas provinciales, le exigen dar marcha atrás, el gobierno lo hará. SI la patronal, como la burguesía agraria con las retenciones al campo, le exigen marcha atrás, el gobierno lo hará. Al pueblo no lo escucha, y la única forma de que el gobierno escuche al pueblo es reforzando las organizaciones populares y preparando unidad de lucha para una respuesta colectiva contra sus políticas anti popular, que sea visible.
Por todo esto, es necesario la organización obrera y popular. Pasar de la mera crítica a un plan de lucha contra los atropellos del gobierno nacional y los gobiernos provinciales, sean peronistas, sean radicales, o sean del Pro, hay que combatirlos por igual.
Personalmente creo que las organizaciones de izquierda deben salirse del Frente de Todos y armar una alternativa popular, pero esta discusión deben darla cada militancia orgánica, no es algo que se pueda plantear tan fácilmente. Y para poder dar estas discusiones, también es necesario adentrarse en una organización. Lo que no sirve es criticar desde las redes sin militar orgánicamente, pues la crítica se pierde en el vacio.
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