Según el ultimo informe del Indec, se registró una suba en el costo de los precios. En abril una familia de 4 integrantes necesitó $42.594 para no ser pobre. La jubilación mínima es de 17 mil pesos y la mayoría de los trabajadores ganan por debajo de los 30 mil pesos.
22 de mayo de 2020 | 11:49
Este miércoles el Indec publicó los resultados de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y Total (CBT), que registraron en abril una suba mensual del 3,1 % y del 1,4 %, respectivamente. A través de estas canastas se determinan las líneas de indigencia (CBA) y pobreza (CBT) medidas por ingresos. Tomando los datos oficiales, se calcula que una familia tipo de 4 integrantes necesitó en abril percibir ingresos por $ 42.594 para no ser considerada pobre, y $ 17.897 para no caer en la indigencia.
Mientras los salarios son recortados por las patronales, algunos trabajadores sufren despidos, los precios suben con un mayor volumen en esta época de crisis por la pandemia de Covid-19. La IFE no alcanza a todos los hogares que la pidieron, y se subsidia a la burguesía multimillonaria con el programa ATP lanzado por el gobierno para que las empresas puedan pagar el sueldo de sus trabajadores. Programa que por cierto dejo fuera a muchas Pymes pequeñas y empresas bajo control obrero.
A todo esto, cabe agregar que un reciente informe de Unicef sostuvo que sus proyecciones de pobreza infantil en el país aumentarían de manera alarmante hacia final de año producto de la crisis. La pobreza infantil alcanzaría a 7,7 millones de niños y niñas y adolescentes y llegaría al 58,6%.
Para la representante de Unicef Argentina, Luisa Brumana: “Los datos nos muestran que el COVID-19 impacta con más fuerza en las poblaciones vulnerables, amplía las brechas de inequidad que ya había en el país y aumenta los niveles de pobreza entre las niñas, los niños y adolescentes, las victimas ocultas de la pandemia.”
Para completar este malestar en el país, crece la pobreza y el abandono en los barrios pobres, como las villas de Buenos Aires, y el gobierno de la Ciudad, encabezado por Larreta y el Pro, se cruza de brazos a observar como los vecinos de estos barrios mueren por los escasos recursos para enfrentar esta situación de pandemia y crisis económica.
Con la suspensión del pago de la deuda, en lo que trabaja el ministro de economía Martin Guzman, no alcanza. Para combatir el aumento de la pobreza es necesario un impuesto a las grandes fortunas, que permita al Estado recuperar recursos económicos necesarios para aumentar los programas de asistencia social, como la IFE, AUH o Progresar. Y por supuesto, es necesario que se revea a que empresas se le otorga el ATP, que deben ser para pequeñas Pymes y empresas bajo control obrero, no para multimillonarias como Techint, Clarin o Sociedad Rural.
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