Lejos del impuesto a las grandes fortunas, las empresas de los multimillonarios Rocca y Magnetto recibirán dinero del Estado con el Programa ATP mientras a miles de Pymes le rebotaron el pedido de auxilio.
16 de mayo de 2020 | 2:26
La patronal Techint y Clarin son dos de las empresas de mayor concentración de capital en el país, cuentan con grandes ganancias que aún en este contexto reparten entre sus accionistas. En el caso de la industrial sus dueños o familiares blanquearon millones durante el macrismo y despidieron trabajadores en plena pandemia y ambas tienen cuentas en paraísos fiscales. Sin embargo el Gobierno las incluyó en el programa de ayuda para el pago de sueldos. No son las únicas, también estan la multinacional Viacom, un gigante de las comunicaciones que controla Telefe, o McDonald’s y Burger King, quienes siguen recortando salarios
Mientras se les niegan a miles de Pymes el subsidio del Estado, en medio de esta crisis económica, a los multimillonarios Paolo Rocca y Héctor Magnetto, que son quienes lideran la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la entidad de lobby empresarial más potente del país, se les bajara plata del Estado para que "paguen los salarios", como si tuvieran grandes problemas económicos. Son dos casos paradigmáticos, el de la familia más rica del país y el del principal multimedio que ataca desde la negociación de la deuda hasta el proyecto de impuesto a la riqueza.
De la misma forma que Techint y Clarin, Ledesma o Volkswagen, McDonald’s y Burger King, son otras de las multinacionales que también entraron al plan de Asistencia para recibir del Gobierno la "ayuda" a empresas "en crisis" con fondos públicos.
Los fondos que el gran capital recibirá pertenecen al “Programa de asistencia de emergencia al trabajo y la producción”, el Programa ATP, cuyo objetivo es, según el programa, “dar alivio económico inmediato a aquellas empresas y trabajadores afectados directamente por la caída de la actividad económica luego de las medidas de contingencia implementadas durante la Emergencia Sanitaria”. Uno de los problemas de ese programa es el diseño para otorgar los fondos, que requiere que las empresas hayan tenido una reducción “sustancial” en sus ingresos después del 12 de marzo. Mientras Techint, Clarín o Viacom lograron demostrar eso muchas Pymes no. Y el resultado es una nueva transferencia de recursos públicos hacia sectores concentrados de la economía.
Otras de las que pudieron ingresar en el programa como Ledesma vienen de acordar con el sindicato Pastelero y el Gobierno rebajas salariales de hasta un 30 %. No se sabe a ciencia cierta entonces, qué es lo que terminarán pagando las empresas.
El argumento del gobierno es que estas empresas tienen crisis y por eso se les debe ayudar a pagar el salario a sus trabajadores con plata del Estado. Eso sin que el gobierno tenga en cuenta los despidos que han generado algunas de estas empresas y del que en este medio ya hemos hablado. Pero lo peor de esta política es que las sumas de millones para el subsidio salen directamente del ANSES, mientras se desfavorece a los jubilados, así como no se aumenta lo necesario en la AUH, Progresar y las pensiones, entre otros ejemplos.
Mientras tanto siguen sin resolverse los mutiples casos de trabajo preconizados, cuyo trabajadores hace unos días salieron a hacer visibles sus reclamos, destacándose en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y La Plata entre otras de las principales del país. Para agregar también los casos de ciudadanos que pidieron la IFE y ANSES se la rechazo o directamente no les dio respuestas.
El gobierno debe entender que la salida inmediata era el impuestos a la grandes fortunas, no el subsidio al gran capital. Que la crisis no tienen que pagar los trabajadores.
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