Este lunes, los trabajadores de Zimbabue comenzaron la primera de tres jornadas de huelga general contra el aumento de los combustibles. Las manifestaciones fueron reprimidas por la Policía con balas de plomo y gases lacrimógenos.
La huelga fue convocada por el Congreso de Sindicatos de Zimbabue (ZCTU) como respuesta a la crisis económica y el alto costo de vida que vive el país africano, que empeoró tras el anuncio este sábado del presidente, Emmerson Mnangagwa, de aumentar en un 150% el valor de los combustibles.
En los barrios de Epworth, Chitungwiza y Tafara, en la capital, Harare, los trabajadores y trabajadoras bloquearon carreteras con piedras y la Policía disparó gas lacrimógeno y balas de plomo, según informaron organizaciones de derechos humanos.
En la segunda ciudad más grande del país, Bulawayo, los manifestantes volcaron un coche de policía en el suburbio de Pumula East, y tomaron las calles del centro, según testigos citados por medios locales.
Este sábado, el Gobierno de Mnangagwa subió el precio del litro de gasolina de 1,38 dólares a 3,31 dólares, y el del litro de diesel de alrededor de 1,45 dólares a 3,11 dólares, que se pueden pagar en pagarés que emite el Gobierno por la escasez de dólares de Estados Unidos -la divisa utilizada en el país- y que se pueden canjear por esa moneda.
El principal sindicato de comerciantes del país alegó que esta decisión gubernamental va a ser un duro golpe para los trabajadores zimbabuenses.
"Estamos ganando salarios bajos -de una media de 300 dólares al mes- y ahora con el incremento del precio del combustible y los productos básicos, va a ir todo a pagar el transporte", explicó el secretario general del Congreso de Sindicatos de Zimbabue (ZCTU), Peter Mutasa, en un vídeo publicado en redes sociales.
Esta huelga se suma a las protestas llevadas a cabo en las últimas semanas por médicos y profesores del sector público para pedir que el gobierno les pagase en dólares y no en los pagarés, una cuasi moneda inventada por el gobierno para suplir la crisis de reservas.
El presidente Emmerson Mnangagwa ocupa el cargo desde el golpe palaciego que destituyó a Robert Mugabe a fines del 2017, este ultimo gobernó con partido ZANU-PF, desde 1980, y fue destituido por un golpe dentro de su propio partido que puso al entonces vicepresidente, Mnangagwa, en el poder. Mnagagwa revalidó su cargo en 2018 tras unas elecciones que la oposición consideró fraudulentas y en las que seis personas murieron durante las protestas que fueron reprimidas por la policía.
Unos meses más tarde, en octubre, se desató una nueva crisis, después de que el Gobierno aplicará un impuesto sobre las transferencias electrónicas de dinero y el gobernador del Banco Central admitiera que el pagaré había perdido valor.
Se calcula que un 90% de la población económicamente activa está desempleada y alrededor de 3 millones se han ido al exilio, mientras la deuda interna del país supera los 9.000 millones de dólares.
Comments