Un 66% de los ciudadanos se dice "arrepentido" del colapso de la URSS, el mayor porcentaje en una década, según un sondeo.
Aumenta la nostalgia en Rusia por la caída de la Unión Soviética. El número de rusos que lamentan el colapso de la URSS ha alcanzado su récord de la última década, según revela un sondeo del Centro Levada. Un 66% de la ciudadanía rusa se declara “arrepentido” de su disolución. El año pasado, el mismo sondeo apuntó que quienes de alguna manera añoraban la URSS eran un 58%. Y durante años, la cifra no había superado el 60%. Sociólogos y analistas apuntan que la reforma del sistema de pensiones —que aumenta la edad de jubilación— y el temor a la inestabilidad económica han provocado un incremento de los melancólicos hacia un sistema que hace ya 27 años que se desmoronó.
La destrucción de un sistema económico único es la razón principal de esa nostalgia (52% de los encuestados), también la pérdida de un sentimiento de pertenencia a una gran potencia (36%) y el crecimiento de la desconfianza mutua (31%), según el sondeo —realizado a una muestra de unas 2.000 personas en 52 regiones del país— difundido en la web del centro y publicado también en el diario Vedomosti. Son personas para quienes 1991 es una fecha dolorosa, así como la desintegración de una unión de países que iba desde Kaliningrado, en Europa, hasta Pamir, en Tayikistán, en la frontera con China. Un único Estado en el que hora existen un total de 15 países. El mismo presidente ruso, Vladímir Putin, ha llegado a decir que la caída de la URSS ha sido la mayor catástrofe del siglo XX.
El Centro Levada tambien destaca que en los últimos dos años han aumentado los jóvenes de entre 18 y 24 años que dicen lamentar la caída de la URSS; personas que nunca vivieron en ella.
Fue en el año 2000 cuando el sondeo del Centro Levada alcanzó su máximo histórico: el 75% de la ciudadanía se manifestaba “arrepentida” de que la URSS se hubiera desmoronado. El mismo año en el que el actual presidente Vladímir Putin ganó las elecciones después de haber estado unos meses como interino para suceder a Boris Yeltsin. Hoy, Putin, lejos de su pasado comunista, apoya una ideología que vuelve a hablar del resurgir del Imperio Ruso, destacando la figura del Zar.
Uno de los motivos que demuestran que Putin no defiende la etapa socialista con la que carga en la historia de su patria, es el hecho de que el Kremlin ha tratado de quitar impotancia a la encuesta del Centro Levada, a quien hace meses declaró como 'Agente extranjero', y a los análisis de sus datos.
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