El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Salud Ginés González García habilitaron la vuelta a clases presenciales en todas las universidades nacionales. Según el decreto, cada universidad deberá adecuarse a los protocolos sanitarios de su jurisdicción y garantizar las medidas de distanciamiento e higiene.
7 de noviembre de 2020 | 12:56
Por Brian Cienfuegos.
En el día de ayer, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Salud Ginés González García habilitaron la vuelta a clases presenciales en todas las universidades nacionales. Mediante un decreto presidencial, se habilito la apertura en las universidades y se le pide a cada universidad adecuarse a los protocolos sanitarios de su jurisdicción y garantizar las medidas de distanciamiento e higiene.
El decreto, en su articulo n°1, indica que "establécese que en el marco del protocolo marco y lineamientos generales para el retorno a las actividades académicas presenciales en las universidades e institutos universitarios, aprobado por la Resolución del Ministerio de Educación 1084 del 8 de agosto de 2020, este revisará y prestará conformidad a los planes jurisdiccionales para el retorno de las actividades".
Asimismo se dispone que "con la conformidad del ministerio de Educación, la efectiva reanudación de las actividades académicas presenciales en Universidades e Institutos Universitarios será decidida por las autoridades provinciales y de la ciudad de Buenos Aires, quienes podrán suspender las actividades y reiniciarlas conforme la evolución de la situación epidemiológica".
Las actividades presenciales podrán reanudarse "conforme los protocolos que en cada caso establezcan las autoridades sanitarias locales" y, entre esas medidas de cuidado, se encuentran "la organización de turnos, si correspondiere, y los modos de trabajo que garanticen las medidas de distanciamiento e higiene necesarias para disminuir el riesgo de contagio de COVID-19".
Aunque aclaran que cada autoridad tendrá la decisión de evaluar si volver o no a la presencialidad, el problema de esta decisión esta en el fondo, y es que la mayoría de las universidades no disponen recursos extraordinarios para prevenir nuevos contagios por Covid-19. Por tal motivo, muchos gremios como centros de estudiantes manifestaron su disconformidad y preocupación con la decisión del ejecutivo.
Es conocido que las universidades nacionales han sufrido un recorte a lo largo de los últimos años, con mayor énfasis durante la gestión del Pro en el gobierno de Mauricio Macri. Estos recortes en financiamiento trajeron numerosos problemas de infraestructura para sostener las cursadas, incluso en época previa a la pandemia. Con el comienzo de la pandemia en nuestro país quedo a la vista que las universidades no están preparadas para cursar y trabajar en ellas, pues supone un peligro de aumentar la linea de contagios por Covid-19.
Muchas universidades suelen presentar problema con el agua, o falta jabón y materiales de higiene; otras tienen edificios pequeños con falta de ventilación correcta e incluso muchas cátedras suelen darse con alumnos en los pasillos al llenarse las aulas. A esto sumar que, muchos estudiantes son del interior y suelen viajar para cursar, y los transportes aun no están preparados para la vuelta a la apertura. Parece ser que el gobierno quiere una vuelta a clases, pero no explica con qué recursos extraordinarios se llevará a cabo, y deja todo a mercer de las autoridades provinciales y universitarias.
El ajuste a las universidades
Como respuesta a la pandemia, el gobierno promovió la virtualización de la educación, sin embargo esta no ha dado buenos resultados. Pero le ha servido al gobierno para aplicar un ajuste a las universidades, quienes hasta el mes de agosto no han recibido presupuesto de parte del Estado. Pese a que era conocido que no todos los jovenes tenian acceso a un ordenador de escritorio, notebook o tablet para cursar, el gobierno no ha destinado presupuesto en distribuir las computadoras del plan Conectar Igualdad, ni ha garantizado el acceso a Wifi para los estudiantes y docentes. También mencionar que las becas para estudiantes (Progresar y becas provinciales o institucionales) rondan entre los $2.500 y $3.000, y la paritaria docente ha cerrado en un mísero 7% de aumento. Ni las becas, ni el salario docente alcanza para cubrir las necesidades para poder cursar hoy en día, y muchos jovenes son obligados a buscar un laburo precario para poder sostener su estadía universitaria.
El ajuste presupuestario en la educación deja como saldo una mayor precarización laboral y una deserción récord entre estudiantes, tomando solo como ejemplo el CBC. En este contexto, hace pocos días se votó el Presupuesto 2021, que bajo la mirada y presión del FMI, tiene preocupado a los trabajadores y estudiantes del sector universitario.
El nuevo presupuesto 2021, el gasto destinado a las universidades significa solo un aumento del 17% (230 mil millones) si se compara con el Presupuesto 2019 entregado a las universidades (196 mil millones de pesos). Mientras tanto, se calcula desde el gobierno, que la inflación de 2021 va a ser del 29%, por lo tanto el propio gobierno admite un ajuste del 12% en las universidades nacionales. Aunque, teniendo en cuenta que los cálculos del gobierno se hacen sobre la base de un dólar a 102 pesos, cuando en la realidad ya está cerca de los 130, se podría decir que la inflación es en realidad mayor al 29%, y por ende el ajuste también es mayor.
Comments