Por la mañana familiares, amigos e hinchas de Colo Colo, despidueron los restos de Jorge Mora, el Neco, joven que fue atropellado intencionalmente por Carabineros a la salida del partido de Colo-Colo.
A la tarde, el pueblo chileno salió a reclamar la muerte del hincha de Colo Colo que fue atropellado por un camión de los carabineros el pasado martes tras un partido de la liga en el estadio Monumental. La respuesta fue más represión, dejando un muerto, varios heridos y 124 detenidos.
La Policía informó que la última víctima es un joven de 22 años que protestaba en una barricada en la comuna capitalina de San Ramón cuando "fue atropellado por un autobús del Transantiago (transporte público) que instantes antes había sido robado por encapuchados"
Según informan medios chilenos, el joven murió en un hospital cercano, mientras que el encapuchado que lo atropelló fue golpeado "por otros manifestantes, provocándole lesiones de carácter grave" y también fue llevado a un centro asistencial donde se encuentra con riesgo vital. El autobús robado fue incendiado, según la Policía.
Los manifestantes chilenos aseguran que Carabineros y el régimen de Piñera usa infiltrados para provocar la violencia. Y aunque en otras ocasiones se ha podido confirmar infiltrados, en este caso no se sabe si fue o no un infiltrado.
Además, otro manifestante recibió un disparo en la cabeza durante desórdenes en la comuna de Padre Hurtado (al sur de Santiago). La bala "le provocó una lesión cerebral extensa y severa" y se encuentra en coma, según un último parte médico del centro médico donde es atendido.
Los peores disturbios nocturnos se concentraron en el norte de la capital chilena. En la comuna de Quilicura, mayoritariamente de clase obrera en las afueras de Santiago, se produjeron saqueos en al menos tres supermercados, mientras que en la vecina Lampa, manifestantes quemaron oficinas públicas.
En otras zonas de la capital se incendiaron más autobuses y se suspendieron varios recorridos del transporte público. Como respuesta a la represión, fueron atacados al rededor de 20 cuarteles policiales y 46 uniformados resultaron heridos en Santiago y otras ciudades como Valparaíso (centro) y Concepción (sur), donde también se produjeron graves enfrentamientos.
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