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La pobreza en Uruguay subió en 2020 a 11,6% y alcanzó su mayor nivel desde 2012

Tras la pandemia, en Uruguay unas 100.000 personas cayeron bajo la linea de la pobreza y unas 7.000 en la indigencia, según los datos expuestos sobre el 2020.


25 de marzo de 2021 | 19:29


El impacto de la pandemia sobre la economía uruguaya y en particular sobre el mercado de trabajo, derivó en que 100.000 uruguayos cayeran en situación de pobreza durante el último año. No se trata de un quiebre. La pobreza creció por tercer año consecutivo y alcanzó su mayor nivel desde 2012. Sin embargo, los efectos de la crisis sanitaria y las reducciones a la movilidad asociadas afectó la capacidad de los hogares para acceder al mínimo sustento.


Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el promedio del último año, 11,6% de la población uruguaya percibió en 2020 ingresos insuficientes para satisfacer mínimamente sus necesidades básicas.


Si bien los datos que surgen del relevamiento del último año no son estrictamente comparables con sondeos anteriores –la Encuesta Continua de Hogares tuvo que dejar de hacerse de forma presencial y pasó a un formato telefónico–, la diferencia respecto a 2019 es significativa. La pobreza aumentó 2,8 puntos desde el registro de 8,8% del año anterior y afecta a un total de 409.500 uruguayos. En números gruesos, los 100 mil nuevos pobres de 2020 se suman a los 33.500 de los dos años previos.


Los registros más bajos de pobreza tuvieron lugar en 2017, cuando el estancamiento económico y el deterioro de las condiciones del mercado laboral puso fin a un ciclo virtuoso de crecimiento económico y creciente gasto en políticas sociales que hicieron que desde 2004, 1.057.000 uruguayos abandonaran su condición de pobres, dejando atrás tasas de pobreza de 39,9% de la población en su pico a la salida de la crisis financiera de 2002.


La medición de pobreza a través del método del ingreso solo considera el dinero que percibe una familia y si ese monto es suficiente o no para adquirir los bienes y servicios mínimos necesarios para satisfacer las necesidades básicas de sus integrantes. No considera si efectivamente ese ingreso se utiliza o no para tales fines, o si el hogar logra satisfacer sus necesidades a través del uso de sus ahorros o de la ayuda de su entorno.


En valores de diciembre del año pasado, la línea de pobreza para un hogar de dos integrantes era de $ 26.494 en Montevideo y de $ 17.480 en el interior urbano. Los valores cambian debido a la diferencia en el costo de vida en la capital y el resto del país. Como la progresión no es lineal dependiendo de la cantidad de integrantes que tenga el hogar, para una unidad de cuatro integrantes, la línea era de $ 48.059 en Montevideo y de $ 32.250 en el interior.


La línea de indigencia no considera la totalidad de las necesidades básicas sino solamente las alimenticias. A valores de diciembre de 2020, esto implica para un hogar de dos personas, $ 7.610 en Montevideo y $ 6.011 en el interior. A diferencia de la línea de pobreza, la de indigencia sí aumenta en proporción a la cantidad de integrantes.


En el último año, la cantidad de habitantes por debajo de la línea de indigencia aumentó de 0,2% de la población en 2019 a 0,4% en la última medición, un valor que no se alcanzaba desde el año 2013. El aumento en el número de uruguayos indigentes fue de 7 mil y eso llevó el total a 14 mil.


Otros indicadores sociales


La crisis vinculada al coronavirus no solo aumentó el número de uruguayos en condición de pobreza e indigencia, también generó una mayor desigualdad en el reparto del ingreso.


El índice de Gini, uno de los principales indicadores que miden qué tan desigual es el reparto del ingreso en una población, aumentó de 0,383 a 0,387, su mayor valor de los últimos nueve años.


Otra forma de ver las diferencias, principalmente entre los que más y los que menos perciben, es comparar cuántas veces entra el ingreso del 10% más pobre en el monto que percibe el 10% más rico. Este indicador pasó de 11,1 a 11,4 veces de 2019 al último relevamiento.


Al mismo tiempo, los indicadores de brecha de pobreza y severidad también se vieron deteriorados. En particular, la brecha de pobreza mide qué tan importante es el ingreso faltante de los hogares pobres para abandonar esa condición. El indicador pasó de un valor de 1,3 a 1,9 en el último añ


Fuente: El Observador.

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