Un breve comentario sobre las elecciones que dieron una derrota amplia del FdT sobre la derecha. Gobernar con miedo al poder concentrado, aplicar ajuste estructura y seguir la agenda del FMI liquido al gobierno "progresista".
13 de septiembre de 2021 | 12:48
Claudio Lozano, directo del Banco Central aseguró en uno de sus últimos informes que el ajuste estructural que estaba haciendo el gobierno en 2021 no solo alcanzó al gasto vinculado al IFE y ATP, sino también a las jubilaciones y pensiones (8% de caída real en relación a 2009) y los salarios públicos (9% de pérdida real respecto de 2019). Había advertido en el informe que esa política "pone en riesgo los resultados electorales". Y dicho y hecho fue lo que pasó. Las políticas a favor de la suma de reservas para el BCRA en destino al pago de la deuda fueron liquidantes para el FdT.
Otras de las consecuencias puede ser la indecisión política del Frente de Todos a la hora de gobernar, anunciando políticas populares y dando marcha atrás por presión de los grupos concentrados. El aumento de los impuestos regresivos, como el impuesto a las importaciones y al dólar (que impactaron sobre el consumo obrero) es otro disparador de la perdida de votos. Tampoco nos podemos olvidar el acuerdo con el G20 y FMI por condicionamiento climático a cambio de pagos de deuda, las constante represiones en Puente Pueyrredon a reclamos de la clase trabajadora, el polémico desalojo en Guernica y el acuerdo de zonificación para la megamineria a cielo abierto en Chubut pese al rechazo de los ciudadanos, o bien las filtraciones de la fiesta en Olivos mientras existía una cuarentena estricta en el país que bajo un mal manejo de las FFAA dio la muerte de Facundo Castro entre otras víctimas.
El Frente de Todos tendrá que reflexionar de cara a noviembre y proponerse un cambio de rumbo si quiere levantar cabeza, y sobre todo pensando en 2023. De lo contrario, el pueblo los castigará nuevamente votando otras opciones o en blanco/nulo.
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