La cadena de retail Garbarino sigue sin resolver sus problemas financieros busca un comprador. Tiene una deuda de más de $4.600 millones y están pendientes unos 3.800 empleados.
2 de julio de 2021 | 11:18
Después del fracaso en las negociaciones que mantenía con el dueño de Supercanal, la situación de Garbarino es cada vez más grave y el fantasma del concurso de acreedores está cada vez más presente. En la firma que hoy controla el empresario de los seguros, Carlos Rosales, reconocen que el panorama es más que preocupante. La empresa adeuda parte de los salarios de abril y mayo a sus más de 4.000 empleados y tuvo que disponer el cierre de decenas de sucursales. Igualmente, no bajan los brazos y aseguran que avanzan con las negociaciones en dos frentes.
La delicada situación de Garbarino se profundizó durante la fuerte caída del consumo se produjo durante en los últimos años, iniciada durante el gobierno de Mauricio Macri y posteriormente por la pandemia. Sus trabajadores hoy cobran desde hace meses sus salarios en cuotas. De todos modos, Carlos Rosales aún busca una salida a la crisis y analiza alternativas, que incluyen la venta de una parte del negocio, con inyección de fondos para solventar la situación financiera.
El primer objetivo es la búsqueda de un socio que aporte fondos frescos a cambio de una participación accionaria en la empresa. En este sentido, desde hace más de un mes Rosales estaba negociando con el empresario tucumano Facundo Prado. Prado viene del rubro financiero y su principal negocio es la firma Centrocard, una tarjeta de crédito que es muy fuerte en Catamarca y La Rioja, donde cuenta con más de 70.000 plásticos y 2000 comercios adheridos. Antes de quedarse con Supercanal, Prado ya había puesto un pie en el negocio del cable, ya que hasta 2018 fue propietario de TVCat, una importante cableoperadora de la provincia de Catamarca. La opción de compra que tenía Prado venció el último miércoles y ahora en Garbarino sostienen que están en negociaciones con otros dos interesados, aunque prefieren no dar a conocer sus nombres.
Antes de la aparición de Prado, otras dos empresas habían mostrado un interés por Garbarino. Uno era el fondo Inverlat -los dueños de Havanna-, que según fuentes del mercado contaba con el respaldo de su competidor Frávega. La otra compañía que en su momento presentó una oferta era Covelia, del empresario Ricardo Rubén Depresbiteris. Sin embargo, tanto en Inverlat como en Covelia ahora aseguran que no tienen ningún interés por quedarse con Garbarino.
Con información de La Nacion.
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