La intensificación de la explotación en el capitalismo monopolista continúa produciendo formas modernas de esclavitud, que se intensificó particularmente durante los dos años de la pandemia del coronavirus en 2020-2022.
16 de septiembre de 2022 | 10:28
Cincuenta millones de personas en todo el mundo están atrapadas en trabajos forzados o matrimonios forzados, dijo la ONU el lunes, advirtiendo que sus filas se han incrementado dramáticamente en los últimos años.
El estudio de las agencias de trabajo y migración de la ONU junto con Walk Free Foundation encontró que a fines del año pasado, 28 millones de personas estaban en trabajos forzados y 22 millones vivían en un matrimonio al que habían sido forzados. Eso significa que casi una de cada 150 personas en el mundo está atrapada en formas modernas de esclavitud, según el informe. La pandemia de covid, que empeoró las condiciones y aumentó los niveles de deuda de muchos trabajadores, ha aumentado el riesgo, según la encuesta.
Junto con los efectos del cambio climático y los conflictos armados, ha contribuido a "la interrupción sin precedentes del empleo y la educación, el aumento de la pobreza extrema y la migración forzada e insegura", lo que agrava la amenaza, dijo.
Los niños representan una de cada cinco personas en trabajos forzados, y más de la mitad de ellos están atrapados en la explotación sexual comercial, según el informe.
Los trabajadores migrantes tienen tres veces más probabilidades de estar en trabajos forzados que los trabajadores adultos no migrantes, mostró.
“Este informe subraya la urgencia de garantizar que toda la migración sea segura, ordenada y regular”, dijo en el comunicado Antonio Vitorino, director de la Organización Internacional para las Migraciones.
La esclavitud moderna está presente básicamente en todos los países, con más de la mitad de los casos de trabajo forzado y una cuarta parte de los matrimonios forzados en países de ingresos medios altos o altos.
Según el informe, el 14 por ciento de las personas en trabajos forzados estaban haciendo trabajos impuestos por las autoridades estatales, lo que expresa preocupación por el abuso del trabajo penitenciario obligatorio en muchos países, incluido Estados Unidos.
El informe de la ONU también destaca la situación en China, donde varias agencias de la ONU han advertido sobre posibles trabajos forzados, incluso en la región de Xinjiang, donde se acusa a Beijing de detener a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas. Beijing ha rechazado con vehemencia tales cargos, alegando que está administrando centros de formación profesional para ayudar a erradicar el extremismo.
Fuente: In Defense of Communism.
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