Miles de ciudadanos salieron a las calles en contra y a favor del apoyo dado el pasado martes por el país, Bélgica, al Pacto Mundial sobre Migración, causa de una crisis en el Gobierno.
La policía local divulgó a través de un comunicado que unas 5.500 personas acudieron a la protesta organizada por el partido de ultraderecha La Nueva Alianza Flamenca (N-VA) justo donde se encuentran las principales instituciones de la Unión Europea.
Por su parte, el propio ente cifró en alrededor de mil personas la movilización promovida por grupos de izquierda así como organizaciones no gubernamentales en el centro de esta capital y dio cuenta del uso de gases lacrimógenos más carros hidrantes para dispersarlas, además de realizar un número indeterminado de arrestos.
Antes de que se produjeran algunos enfrentamientos entre el cuerpo de seguridad y los manifestantes, junto a la sede de la Comisión Europea, donde estaba programada la mayor concentración, se lanzaron algunos petardos, según reportaron varios medios de prensa.
El primer ministro belga, Charles Michael, con el apoyo de los socialistas y los verdes en oposición obtuvo la semana pasada el respaldo del parlamento para la firma del Acuerdo Mundial sobre Migración, ante lo cual N-VA decidió retirar sus ministros de la alianza en el Ejecutivo.
Entre las causas de la decisión, esta fuerza política alegó que el documento podría favorecer la migración, no distingue entre la legal e ilegal y vulnera la soberanía del país; mientras sus críticos afirman que los argumentos constituyen el inicio de la campaña antes de las elecciones federales previstas para mayo de 2019.
El texto, no vinculante, aprobado en julio pasado por 192 de las 193 naciones integrantes de la Organización de Naciones Unidas, con la excepción de Estados Unidos, fue suscrito finalmente en Marrackech, Marruecos, el 11 de diciembre por 164 Estados, pero se sumaron a su rechazo Hungría, Austria, Lituania, República Checa, Polonia y Eslovaquia.
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