Este jueves miles de personas volvieron a ocupar las calles de las principales ciudades de Estados Unidos contra la brutalidad policial, el racismo y el gobierno de Trump.
5 de junio de 2020 | 10:50
Una multitud de personas rindieron homenaje a Floyd en el anfiteatro de una universidad de Mineápolis, donde también asistieron Martin Luther King III, el hijo mayor del líder de los derechos civiles para los afroamericanos asesinado, el reverendo Jesse Jackson, que estuvo a su lado en las marchas de los años 60, el activista Al Sharpton, entre otras personalidades destacadas.
George Floyd murió el 25 de mayo luego de ser ahorcado por la rodilla por un policía en Minnesota, con la participación y complicidad de otros tres agentes. Su asesinato fue grabado en un vídeo que luego se publico en las redes sociales, lo que desato una ola de manifestaciones contra la violencia policial y el racismo.
Ayer, en el décimo día de protestas tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía ha vuelto a sacar a multitudes de manifestantes a las calles de diversas ciudades del país, de Los Ángeles a Nueva York, pasando por Minneapolis, donde cientos de personas han asistido al primer funeral en memoria del fallecido.
En el funeral de Floyd, el reverendo Jackson dijo que, "la historia de Floyd es la de todos los afroamericanos de este país, ¡Desde hace cuatrocientos años, la razón por la que no hemos podido ser quiénes queremos ser y no hemos podido siquiera soñar con quién queremos ser es porque hemos tenido tú rodilla sobre nuestro cuello!".
El reverendo pronunció durante el funeral que "lo que le ocurrió a Floyd, ocurre cada día en este país, en educación, en la atención sanitaria y en cualquier otra área de la vida", por lo que pidió a la comunidad negra que se rebele y clame: "¡Quita tu rodilla de mi cuello!".
En Nueva York, ante la cuarta noche de toque de queda, las manifestaciones pacíficas se han vuelto a repetir por la ciudad. En el sur de Manhattan, centenares de personas se han congregado en el exterior del cuartel general de la Policía y, ante los agentes que formaban en el exterior, han coreado consignas contra el Departamento y contra el alcalde, el demócrata Bill de Blasio.
También marcharon miles de personas por el puente de Brooklyn hacia Manhattan y, al llegar, guardaron un minuto de silencio en memoria de Floyd. En los últimos días, el emblemático puente que cruza el East River ha sido escenario de tensiones, tras el decreto del toque de queda cuando la policía ha cerrado el paso a los manifestantes que venían de Brooklyn. Al pasar por ciudad los manifestantes se arrodilla frente al edificio de la sede del Partido Comunista en Manhattan.
En Washington, la capital del país, este jueves se ha levantado el toque de queda. La protesta en los alrededores de la Casa Blanca ha adquirido un punto más festivo, con una banda de música y puestos de comida. Pese a la presencia de una intensa lluvia, la multitud se lanzo igual a las calles a protestar.
Las protestas en California continuaron el jueves pero con menos afluencia que el día anterior, menos presencia policial en las calles y, sobre todo, la ausencia de toque de queda. Tanto el alcalde de la ciudad como el sheriff del condado decidieron eliminar la medida de excepción ante la evidencia de que las protestas se habían convertido en pacíficas con decenas de personas movilizadas pacíficamente. Otras ciudades como Oakland, Berkeley o Contra Costa tomaron la misma decisión.
En Los Ángeles, cientos de personas volvieron a concentrarse frente al Ayuntamiento de la ciudad en actitud pacífica. En este sentido, el edificio estaba vigilado por la policía como en cualquier otra manifestación. Los manifestantes no solo se concentran en grandes protestas en Hollywood o el centro, sino que se pueden ver grupos de vecinos con carteles de solidaridad con Black Lives Matter en esquinas por todo Los Ángeles, incluyendo los barrios más acomodados.
En Detroit, la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, y el alcalde la ciudad, Mike Duggan, se han unido a las protestas en una marcha por la ciudad. En Ashville, Carolina del Norte, la policía desmanteló violentamente un improvisado puesto para prestar atención médica a los manifestantes, tirando por el suelo el material médico y obligando a los profesionales sanitarios a dispersarse, como se ve en vídeos de la prensa local. El jefe del Departamento de Policía de la ciudad ha pedido disculpas.
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