El Departamento de Estado demoró casi 5 días para trasladar al Gobierno de Cuba, por los canales diplomáticos, una comunicación oficial sobre este grave suceso, afirmó Rodríguez.
12 de mayo de 2020 | 18:11
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció este martes en conferencia de prensa la negligencia del Gobierno de los EE.UU. ante las acciones del atacante a la embajada de Cuba en Washington.
El acusado, Alex Alazo Baró, había planificado su ataque contra la sede diplomática con suficiente antelación. Visitó el lugar de los hechos previamente con fines de exploración, dos semanas antes del ataque.
Asimismo en los documentos legales dados a conocer sobre el caso, se supo que el atacante había visitado un hospital en el que expresó delirios de persecución sobre el Gobierno cubano. Luego las formuló de manera formal frente a las autoridades con el argumento de que el Gobierno cubano supuestamente pretendía asesinarlo.
“Corresponde al Gobierno de los EE.UU. explicar qué curso dio a esas acusaciones de Alazo Baró o cómo actuó cuando un individuo con esas características y antecedentes formula ante las agencias de aplicación de la ley acusaciones de cualuqier naturaleza contra un país que tiene una sede diplomática en territorio estadounidense”, dijo el canciller.
Rodríguez aseguró que el atacante fue un ciudadano de origen cubano llamado Alex Alazo Baró. El mismo se acercó a la sede diplomática, lanzó una bandera contra las rejas con varias frases incoherentes y después trató de incendiarla con gasolina.
Luego se produjo un ataque a tiros contra la embajada utilizando un fusil semi automático de asalto por parte de un individuo que viajó con arma y municiones desde Pennsylvania, dijo el canciller. Empleó 32 proyectiles contra el sitio, que en ese instante contaba con diez funcionarios dentro.
“Alazo Baró tenía dificultades económicas, había perdido un pequeño negocio y no tenía empleo en el momento del ataque”, dijo Rodríguez. Asimismo, contrastó esos hechos que se trataba de un ciudadano con licencias para armas y para conducir.
“Cómo pudo haber permitido el Gobierno de los EE.UU., disponiendo de estos antecedentes, que esta persona actuara de manera premeditada con ánimo de agresión y de matar”, aseveró.
Así, se conoció que mientras Alazo estaba en Cuba se dedicó a labores religiosas y mantenía una conducta normal. En 2003, viajó a México para asentarse allí y mantuvo una relación normal con su país de origen.
Viajó al país ocho veces anteriormente lo que demuestra que nunca tuvo ni ha tenido problemas con Cuba dentro de su país de origen.
Durante su estancia en Miami, el atacante se asoció a un centro religioso llamado Doral Jesus Worship Center. A ese centro acuden regularmente y se reúnen personas con conductas de agresión, violencia, hostilidad y extremismo contra Cuba.
Allí se relacionó con el pastor Frank López, que tiene estrechas relaciones con Marco Rubio, Carlos Vecchio y con otras figuras de posiciones en contra de Cuba, incluido el congresista Díaz-Balart.
“Cómo un individuo con una conducta normal, religiosa, pacífica se transforma en alguien con problemas mentales que con escasos recursos económicos se hace poseedor de un fusil de asalto; se traslada, viaja de un estado a otro de la Unión y se lanza a cometer una agresión armada contra una sede diplomática en la capital de esa nación”, cuestionó Rodríguez.
Fuente: teleSUR
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