Crece la crisis en Reino Unido tras las renuncias al gabinete de Johnson
- Agitación
- 6 jul 2022
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Son horas complicadas para el gobierno de Gran Bretaña con las nuevas renuncias al gabinete Boris Johnson. Se sabe que por ahora, el mandatario no renunciara. Buscarían la salida en disolver el Parlamento y convocar a nuevas elecciones.
6 de julio de 2022 | 19:13

Envuelto en una serie de escándalos y con la economía a la baja, la crisis del gobierno de Johnson se está convirtiendo en una de esas tormentas perfectas que de un día a otro se convierten en huracanes. Por ahora el premier dice que seguirá en su cargo.
Los tiempos imperiales están cada vez más lejos, el gobierno de Boris Johnson se deshace en un mar de renuncias, derrotas electorales y escándalos y ese último estertor de orgullo nacional que fue el Brexit no ha hecho más que profundizar una crisis económica acuciante.
El “verano del descontento” (summer of discontent, según la prensa británica) llegó a las calles con huelgas en el transporte público (trenes y subtes), con miles de vuelos cancelados en plena temporada turística y amenazas de rebelión en el servicio de salud y la educación.
Renuncias al gabinete de Jhonson
Los secretarios de Estado del Tesoro y de la Infancia y Familias, John Glen y Will Quince, y la secretaria parlamentaria del Departamento de Transporte, Laura Trott, presentaron ayer sus renuncias como miembros del gabinete del Reino Unido, en medio de la crisis que provocó ayer las dimisiones de los ministros de Economía y de Sanidad, Sajid Javid y Rishi Sunak.
La situación pone en jaque al primer ministro Boris Johnson, quien hoy aseguró ante la Cámara de los Comunes que seguirá adelante con su Gobierno pese a la crisis.
La oleada de renuncias, que incluye también a una docena de diputados que ocupaban cargos de menor responsabilidad, se producen tras un escándalo a raiz de las denuncias contra el exresponsable de la disciplina del Partido Conservador en la Cámara Baja británica, Chris Pincher, acusado por "conductas sexuales inapropiadas".
¿Cuánto puede durar Boris?
La crisis de la corona es de cocción lenta. La pregunta del millón hoy es cuánto más puede aguantar Johnson. El primer ministro no parece capaz de caminar sin tropezarse. La postura con aires de estadista en torno a Ucrania la semana pasada terminó en farsa apenas regresó a Londres y quedó envuelto en un escándalo que más que de faldas fue de pantalones.
El titular de un cargo clave para la disciplina interna parlamentaria, el sub chief whip (literalmente, subjefe del "látigo" con el que se garantiza el orden en las filas parlamentarias, parte de esa cultura S/M de la clase alta británica), John Pincher, se vio obligado a renunciar el jueves pasado por manosear a dos hombres durante un evento partidario.
El primer ministro primero intentó salvar el pellejo de Pincher, luego lo dejó hundirse para poner a buen resguardo su propia cabeza, pero se hundió un poco más en el pantano cuando, durante el fin de semana, saltó que él sabía que Pincher (literlamente pellizcador) era un mano larga: “Pincher by name, Pincher by nature” había dicho Johnson.
El escándalo desembocó en un nuevo pedido de disculpas de Johnson, que había jurado que no sabía nada del asunto y que, de golpe, había recobrado la memoria, algo que ya le había pasado con todas las fiestas (más de 100 según ciertos cálculos) que se celebraron en 10 Downing Street durante la pandemia.
Más alarmante para su supervivencia fue la serie de renuncias que comenzaron ayer martes en protesta a su conducción política. Entre las dimisiones se encuentran dos del máximo calibre: el ministro de Finanzas Rishi Sunak y el de Salud Sajid Javid. Según los titulares de la prensa británica, siempre fascinada con los paralelos entre la política, el asesinato de Julio César y Shakespeare, Sunak y Javid fueron los encargados de clavar el emblemático puñal: ahora falta rematar la tarea.
En los periódicos solo el “Daily Express” seguía apoyando a Boris este miércoles: el resto de la prensa escrita (90% tory) simplemente conjeturaba el momento de su partida. La mayoría utilizaba la expresión “on the brink” (al borde del precipicio), el “Daily Telegraph” elegía una metáfora similar, “Johnson hanging on a thread” (Johnson colgando de un alambre (hilo)), el Metro jugaba con los tiempos verbales para vincular las dos renuncias reales y la futura (Going!, Going!, Gone?)
Con información de Pagina 12 y Corta.
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