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Voluntarios Argentinos en la Brigada XV Abraham Lincoln

por Jerónimo E. Boragina


El tema de la Guerra Civil Española en Argentina siempre ha sido una cuestión llamativa, y sigue permaneciendo en la memoria colectiva como uno de los acontecimientos populares y solidarios más importantes de nuestro país. Pero para la mayoría de los casos sólo se recuerda la solidaridad desde lo humanitario, y la ayuda material. Por ello con las nuevas investigaciones realizadas desde hace varios años, se tendrá una relación mas cercana a la realidad entre el gigantesco movimiento de solidaridad con la Republica Española que se dio en Argentina, y el esfuerzo hecho por las distintas organizaciones en el envío de voluntarios a España. [1]  De todas maneras queda mucho por recorrer, ya que nuestro país es uno de los pocos que todavía no ha reconocido oficialmente la participación de los más de 700 compatriotas que combatieron contra el fascismo en España. [2]


Eran años difíciles los “30, una crisis económica asolaba el territorio nacional, caída de la exportación agrícola-ganadera que era la principal herramienta productiva y comercial de entonces, lo que llevaba a altas tasas de desocupación inventando lo que se conocerían como Villa Desocupación o el Barrio las latas – comparable en Estados Unidos a los barrios de cartón o “Hoovervilles”.


A todo esto la dictadura iniciada en 1930, por el golpe de Estado del General Uriburu auspiciaba una ola represiva con muertos, torturas, y una violencia tendiente a desarticular cualquier reclamo político-social generado desde la clase obrera.

Así fue como ante el golpe de Estado generado en España por los Generales Franco y Mola, el movimiento anarquista creo la Comisión Coordinadora de Ayuda a España aglutinando toda su fuerza en este movimiento, junto a Solidaridad Internacional Antifascista dirigida por Federica Montseny.El movimiento obrero de aquellos años vivía las divisiones ideológicas del momento, fraccionados en un fuerte bloque anarquista y comunista, por un lado, acompañados por socialistas parlamentarios por el otro. Cada uno con mayor o menor fuerza en los diferentes sectores industriales, creaba sus propias organizaciones sindicales y políticas que jugarían un rol importantísimo a la hora de Socorrer a España.


El Partido Comunista Argentino organizo la FOARE (Federación de Organismos de Ayuda a la Republica Española) con gran éxito. Logro aglutinar casi mil comités en todo el país, donde se recaudaba dinero, víveres, materiales y todo tipo de ayuda que se envió a España y luego sirvieron también para destinar una parte a pagar costos de manutención y viajes para exiliados, como se hizo para alrededor de 1000 republicanos que partieron en el barco Winnipeg hacia Chile. [3]


Los Centros Republicanos formados en nuestro país desde principios de siglo también favorecieron junto al Partido Socialista y los respectivos consulados y embajadas, otra fuente de solidaridad vital para una guerra larga como se preveía en la península.


De esta manera Argentina se convertiría en el segundo país, luego de Suecia, que más ayuda brindó a la España Republicana durante el conflicto bélico.


Pero todo este gran movimiento solidario tuvo su correlato en el envío de voluntarios.

En esta situación partieron hombres comprometidos con la causa española, militantes republicanos y algunos socialistas, que partían de manera individual, costeándose el pasaje o siendo ayudado por amigos. La Federación Anarco Comunista Argentina, de tendencia anarquista, envío solo a algunos grupos de dirigentes como Jacobo Maguid, José Grunfeld, Anita Piacenza, para dar soporte a organizaciones libertarias de Cataluña. También, de manera informal distintas organizaciones anarquistas de diferentes lugares de nuestro país apoyaban y enviaban militantes libertarios, decididos a combatir en las milicias anarquistas de Barcelona.


Pero el reclutamiento mayor fue oficialmente realizado por el Partido Comunista Argentino a pedido de la Internacional, aunque de forma clandestina por la dictadura que había derribado el gobierno democrático Argentino en 1930. Se buscaba reclutas jóvenes con tres características principales: que sea soltero, con algo de experiencia militar y afín ideológicamente al Frente Popular, al Partido Comunista o con claras posturas antifascistas.

Estos hombres y mujeres, saldrían con pasaportes falsos y su fisonomía cambiada para evadir los controles portuarios de la ciudad de la Buenos Aires, y lo harían también con voluntarios brasileños, paraguayos y chilenos que también fueron integrados a diferentes unidades militares. La llegada a través de los Pirineos los ubicaba en Valencia o Madrid, pasando por Albacete los que irían a las Brigadas Internacionales.


Muchos otros argentinos, debido a lazos familiares y culturales ya tenían residencia en España al momento del golpe de estado del 18 de julio de 1936 o vivían en Francia, aunque un grupo amplio de dirigentes estaban instalados en la península ibérica porque la dictadura Argentina aplicaba la Ley de Residencia que expulsaba a los militantes obreros y sindicales a su país natal. Este núcleo mayormente se integró en principio a las milicias obreras y luego al naciente Ejercito Popular en diciembre de 1936.


Pero el Comité de No Intervención de las Naciones Unidas les había solicitado a ambos bandos que retiren unidades militares de extranjeros del suelo español, y a pesar de que todas las potencias involucradas habían aceptado, ninguna de ellas cumplió la propuesta.

Dentro de esta situación desfavorable para la República de retirar a los extranjeros, el Partido Comunista Español ideó una estrategia, ya que no estaban dispuestos a perder ningún hombre que pueda combatir en el frente, y menos cuando los italianos trasladaban divisiones enteras del CTV (Cuerpo de Tropas Voluntarias) cercanos a los 70.000 hombres. La táctica consistía sencillamente en incluir a los latinoamericanos en el Ejército Popular, donde serían irreconocibles, no sólo por el idioma, sino por la integración cultural que había entre españoles y sudamericanos. Los extranjeros de habla hispana integrados al Ejército hasta finales de 1936 quedarían en dichas unidades y los recién llegados formarían las Brigadas Internacionales. Obviamente que hubo excepciones ya que algunos quisieron combatir con sus compatriotas y otros querían quedarse con sus camaradas con los que compartieron sus primeros días de batalla. También algunos cuadros dirigentes, como médicos, traductores o comisarios políticos fueron directamente al Ejercito Republicano para completar necesidades específicas. Este camuflaje sirvió para despistar al Comité de Intervención y no generar sospechas dentro de las unidades españolas.


Numerosos voluntarios argentinos, inmigrantes o nativos, hablaban o entendían lenguas europeas y eso motivó también en muchos casos la dispersión de ellos entre las Brigadas Internacionales como combatientes, traductores o auxiliares técnicos. El mayor número fue enrolado en la Brigada XV Abraham Lincoln, donde poseemos registros con más de 50 argentinos [4] que participaron como soldados, cabos, comisarios políticos, médicos o choferes de unidades de transportes. Gran parte de ellos estaba enrolado en el Spanish Batallion Nª 24, dentro de la Brigada XV, y junto a innumerables compatriotas cubanos que también participaron en dicha Brigada combatiendo junto a norteamericanos, ingleses, irlandeses y canadienses. En la mayoría de trabajos sobre las Brigadas no hacen hincapié en la participación cubana, aunque sabemos desde 1981  [5], que participaron más de 1200 voluntarios de este país en el Ejército y las Brigadas.


De Argentina podemos mencionar en la Brigada XV a: José Maria García Noya y Fernando Iaffa, cabos sanitario, Juan José Real y Francisco López Comendador como comisarios políticos, José Fontenla y Simón Tur como cabos y a Nicolás Berichagat, Pedro Prat, Aníbal Vega y Mario Rossi como soldados, entre otros. No todos los voluntarios argentinos en la Brigada XV eran comunistas, muchos de ellos eran anarquistas, como José Nieto o Ricardo Martín Álvarez entre otros, integrando la misma unidad como soldados o choferes. Una relación marcada a fuego fue la que tuvieron John Cookson nacido en Cobb (Wisconsin) [6]  y F. Iaffa homenajeados en el mes de mayo de 2007, en la localidad de Marcia (España) donde distinguieron a ambos voluntarios. Cookson murió cerca de Tarragona el 11 de septiembre de 1938, y Iaffa sobrevivió a la guerra civil, pero pidió en su testamento que sus cenizas fueran esparcidas al lado de su compañero de armas cuando muera y asi fue cumplida su petición. [7]


Antonio Arias Torre, llegó a España el 1ª de diciembre de 1937 y fue integrado a la Brigada XV en la 24ª División 2da compañía. Participo como enlace de la comandancia en los frentes de Aragón, Ebro y Gandesa. Fue herido dos veces por metralla en la cabeza y en la muñeca izquierda.


Otro voluntario fue Alfredo Borello, nacido en la ciudad de Lanùs (provincia de Buenos Aires) el 10/8/1910, técnico mecánico, llegó a España a mediados de 1938 e integrado también a la Brigada XV, 59ª Batallón, 3era compañía. Combatió en el sector de Gandesa, en la Sierra de Pandolls y en Corbera donde fue herido en el codo del brazo izquierdo. [8] Fue retirado hacia Francia con el resto de brigadistas y acompañado por su amigo Abraham Setty, nacido en Bagdad (Iraq), de familia judía y proveniente de Uruguay. [9]


Las fichas del Comité Central del Partido Comunista Español o del Comisariado de Guerra de las Brigadas Internacionales completadas por los voluntarios con todos los datos referenciales desde su nacimiento hasta su participación en España, fueron firmadas por comisarios y cuadros políticos de las diferentes unidades, como por ejemplo: Jose Beloqui (Arg), Jose Fontenla (Arg), Victor Garcia, Jorge Cell, Juan Lafontes, David King, John Gates (Usa), A. Donaldson, M. Del Pres, Swallbath, Konstantin Minkoff (Bulgaria) entre otros.

Además los voluntarios desempeñaron otro tipo de tareas, muy importantes como la de traductores, habiendo 11 de Argentina que tenían el español como idioma natal, o lo habían aprendido de pequeños. También numerosos médicos aportaron su práctica para el Ejercito Popular y las Brigadas Internacionales llegando a más de 12 los que participaron en España. Milan Matkovich, medico naturista, fue responsable de la enfermería en Albacete y Pozo Blanco e instructor sanitario en Puerto Llano terminando en la 35 División de la Brigada XV Lincoln. De igual forma Roberto Fierro participó en la misma unidad, siendo Jefe de Farmacia del Servicio Sanitario Internacional y colaborando en la misma división.


Al mismo tiempo, el envío de dirigentes argentinos fue lo que sobresalió en estas tareas de retaguardia. Casi la mitad de los dirigentes participó en la batalla como soldados u oficiales. Varios comunistas tuvieron alta graduación debido a sus dotes de mando y experiencia organizativa, el prestigio obtenido por su militancia en nuestro país hizo que varios de ellos ostentaran rápidamente altas graduaciones dentro del mando militar (4 capitanes, 15 tenientes, 9 comandantes).


En cuanto a los anarquistas argentinos varios cumplieron con importantes puestos delante de organizaciones tan importantes como la CNT y la FAI, y participando la mayoría en las milicias que luego se convertirían en el Ejercito Republicano, y algunos en las Brigadas Internacionales, principalmente en la XV Lincoln.


De esta forma se fue configurando la participación de los voluntarios de Argentina, en diversas unidades, siguiendo el mismo destino que los otros internacionales de la XV cuando llego la hora de abandonar la lucha por el retiro de las Brigadas en Octubre de 1938, en los acantonamientos de Ripoll o Cardedeu, para su retirada final hacia Francia.


Varios cientos de argentinos fueron retirados de España, y la gran mayoría internados en los campos de concentración de Saint Cyprien, Gurs, Argeles Sur Mer, Collioure, Le Barcares.

Aquellos 94 brigadistas argentinos citados por el investigador Andreu Castells, han quedado muy lejos de la realidad y las diferentes investigaciones realizadas permiten contabilizar 740 voluntarios de Argentina, que son incluidos (una parte) en un apéndice de la nueva publicación editada en 2008 (Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española) por el Centro Cultural de la Cooperación. Así mismo pensamos que una cifra razonable y que podría obtenerse con el acceso a diferentes archivos, seria de 800 a 1000 combatientes argentinos en la Guerra Civil Española, y de seguro con las futuras investigaciones nos acercaremos a dicha cantidad.


Al regreso en nuestro país en busca de un destino, muchos participaron de los Centros Republicanos, y en Sociedades Españoles regionales de diferentes lugares, continuando la lucha antifranquista por las décadas siguientes.


En fin, esta historia de lucha y solidaridad entre argentinos, cubanos y anglo-parlantes unidos en un mismo destino es muy poco conocida. La cantidad, importancia y otros factores hicieron que resalte mayoritariamente la participación de estos últimos, quedando casi en el olvido la sangre latina dentro de las Brigadas. La mayoría de los historiadores (A. Castells, S. Alvarez, C.Vidal, M. Nuñez Diaz-Balart, R. Skoutelsky), que estudiaron las Brigadas Internacionales continuaron esta línea de investigación y los nuevos abordajes no dieron mayor cabida a la participación latinoamericana en la Brigada XV y el Ejército, exceptuando el trabajo de Gino Baumann de 1997. [10]


Actualmente las investigaciones nos han traído no solo un incremento numérico a los estudios tradicionales, sino un nuevo marco de consideración en cuanto a la importancia y participación de los argentinos en las Brigadas Internacionales, y en particular en la XV; como así también un gran aporte para la historia social de nuestro país. Argentina fue el único país en todo el mundo que tuvo en las primeras décadas del siglo XX un 30% de población extranjera o inmigratoria, aun mayor que en Estados Unidos (15%).  [1]]


El debate sobre los orígenes nacionales de los contingentes de brigadistas debe tener en cuenta esta situación particular ocurrida tanto Estados Unidos como Argentina, al recibir millones de inmigrantes que aportaron y conformaron una nueva identidad en cada país.

En el Río de La Plata, los voluntarios marcaron una etapa de compromiso internacionalista y en Estados Unidos los brigadistas de la Lincoln fueron a contramano de una cultura individualista regeneradas durante el New Deal y en expansión con el Sueño Americano décadas después.


La lucha contra el fascismo por aquellos hombres y mujeres, rompió todos los telones generacionales y aún hoy perdura con un impacto considerable en la formación de la conciencia histórica de toda una generación de jóvenes.


 

Notas


[1] Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española. L. Gonzalez, J. Boragina (coord), E. Sommaro, G.Dorado. Centro Cultural de la Cooperación, Buenos Aires, 2008.


[2] Uruguay en el mes de noviembre conmemoró oficialmente desde la Junta Departamental y la Intendencia Municipal de Montevideo a los más de 50 brigadistas uruguayos que participaron en España. Argentina con una cantidad mucho mayor todavía no lo ha hecho.


[3] Neruda y el barco de la esperanza. Garcedo, Diego. Madrid, Temas de Hoy, 2006.


[4] Base de datos de Voluntarios Argentinos en la Guerra Civil Española. Archivo Privado.


[5] Cuba y la Defensa de la República Española, 1936-39. Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista en Cuba, La Habana, Política, 1981.


[6] Otro voluntario de Wisconsin fue Clarence Kailin, herido en la Batalla del Ebro, sobrevivió a la guerra civil.


[7] Entrevista a hijo Marcos Iaffa en el 2006.


[8] Fichas individuales del Comisariado de Guerra de las Brigadas Internacionales de Antonio Arias Torre y Alfredo Borello. RGASPI, Archivo Militar del Estado Ruso de Historia Social y Política, en la

Federación de Asociaciones Gallegas, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


[9] Brigadistas Árabes en la Guerra de España: Combatientes por la Republica. Salvador Bofarull. Revista Nación Árabe, Nª 52, Pág. 121, Agosto 2004, Madrid.


[10] Los Voluntarios Latinoamericanos. En las BI, las milicias, la retaguardia y el ejército republicano.Baumman Gino, San José de Costa Rica, Guayacán, 1997.


[11] Historia de la Inmigración en la Argentina. Devoto, Fernando. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.


Fuentes y Bibliografía:


Base de datos de Voluntarios Argentinos en la Guerra Civil Española. Archivo Personal.

L. Gonzalez, J. Boragina (coord), E. Sommaro, G. Dorado, Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española, Buenos Aires, Centro Cultural de la Cooperación, 2008.


Baumman, Gino. Los Voluntarios Latinoamericanos. En las BI, las milicias, la retaguardia y el ejercito republicano. San José de Costa Rica, Guayacán, 1997


Devoto, Fernando. Historia de la Inmigración en la Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2003.


Kostelanetz, Richard. USA ¿Revolución Cultural?, Buenos Aires, Rodolfo Alonso Ediciones, 1972.


Clarence Kailin, Recordando a John Cookson, un Antifascista de Wisconsin en la Guerra Civil Española 1937-38. Universidad Castilla La Mancha, España, 2003.


López Trujillo, Fernando. Vidas en rojo y negro, Una historia del anarquismo en la «década infame, Letra Libre, La Plata, 2005.


Wallace, David. Historia de los Estados Unidos, Barcelona, Planeta, 1976


Cuba y la Defensa de la República Española, 1936-39. Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista en Cuba. La Habana, Política, 1981.


Biblioteca de la Federación Sociedades Gallegas


Biblioteca y Archivo Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas.


Archivo CEDOBI (Centro Documentación de las Brigadas Internacionales) (España -Alicante)


Jerónimo E. Boragina nació el 26/05/1978 en La Plata. Licenciado en Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Investigador de España Contemporánea y en particular Guerra Civil Española y la participación de los Voluntarios Argentinos. Coautor y coordinador de la publicación “Voluntarios de Argentina en la GCE”, autor de numerosos artículos sobre la participación argentina en la Guerra Civil publicados en revistas de Argentina, España, Alemania. Realizó la investigación histórica del documental “Esos mismos Hombres-Voluntarios Argentinos en la GCE”, realizado por el Grupo de Historia desde Abajo. Es investigador de la Federación de Sociedades Gallegas, del CEDOBI de España-Alicante (Centro Documentación de las Brigadas Internacionales), del Centro Cultural de la Cooperación y el Centro Cultural Español de Buenos Aires.

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