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¡Que se vayan todos!… Rojava también

*Por Yaoudat Brahim



/ Mientras EEUU y Turquía coordinan la invasión turca al norte sirio y los kurdos separatistas lloran la traición de la Casa Blanca, una vez más los que mueren son los sirios. /


En un nuevo episodio de avasallamiento a la legalidad internacional y haciendo gala de su auto-declarada y falaz “excepcionalidad”, Washington ha conspirado una vez más con Ankara para atacar territorios sirios, en este caso en la región de al-Jazeera (norte y noreste sirios más allá del Éufrates), área que ambos ocupantes acordaron en agosto pasado establecer como “zona segura” (para Turquía).


En un comunicado publicado el lunes, la Casa Blanca anunció que las fuerzas de Turquía pronto avanzarían en sus planes en la región siria de al-Jazeera, y las tropas estadounidenses no las apoyarían.


Acto seguido las fuerzas de EEUU se retiraron entre lunes y martes de sus posiciones a lo largo de la frontera, para dar paso a las tropas del ejército turco y permitir que estas últimas lancen una agresión en los territorios del norte sirio, bajo el conocido pretexto de su “seguridad nacional” y contra las milicias kurdas, a su vez sustentadas por Washington.


Dicha agresión comenzó este miércoles con un asalto por parte de la Fuerza Aérea de Turquía en el norte de Siria, apuntando a varios sitios bajo el control de las fuerzas kurdas SDF.


Resultados


Al retirarse, las tropas estadounidenses han renunciado a sus promesas hechas a sus agentes de las milicias kurdas separatistas QASAD (SDF) en estas áreas que han utilizado durante la guerra terrorista contra Siria y su pueblo.


A su vez, Washington da así luz verde al proyecto del régimen de Erdogan, que busca cambiar la demografía de la zona para crear un cinturón geográfico habitado por una población pro-turca, para luego avanzar hacia una anexión y explicación de territorio soberano del norte de Siria.


La nueva agresión del régimen de Turquía significa que una vez más, en medio de la confabulación de los ocupantes y la traición kurda bajo falsos sueños separatistas, que el pueblo sirio seguirá sufriendo un nuevo capítulo sangriento en el que solo aportará más mártires para abonar el invadido suelo patrio.


En ese marco, nuevamente desde esta tribuna repudiamos la agresión imperial neo-otomana a la vez que expresamos nuestro deseo de paz y bienestar para Siria y su pueblo, en el marco de la irrenunciable integridad territorial y la soberanía nacional de la República Árabe Siria.


Por eso repetimos “¡que se vayan todos!” los extranjeros ocupantes y sus agentes terroristas, y junto con ellos la entelequia cantonizadora de un sector de la comunidad kurdo-siria que secuestró la lealtad comunitaria a su patria en pos del egoísmo cipayo y entreguista.


¿Cómo se llegó a esto? La traición kurda


Mientras el aparato mediático hegemónico internacional en consonancia con el gobierno permanente y el aparato político estadounidense, actores que fomentaron hasta el cansancio el separatismo kurdo apadrinado por Washington, hoy se quejan de la traición sufrida por la pobre "Rojava", debe tenerse claro que lo que se está presenciando es el retiro de EEUU de una ocupación de territorio sirio soberano.

Antes de la ilegal intervención de EEUU en Siria en septiembre de 2014, los grupos armados kurdos de Siria sostuvieron un pacto de no agresión con el gobierno sirio para que ambos pudieran concentrarse en luchar contra el enemigo común, es decir, el extremismo fanático de las agrupaciones DAESH (ISIS) y el Frente Al Nusra e ISIS.


En virtud de ello, y ante el avasallante inicio de la invasión de extremistas extranjeros que durante 2011 imposibilitó al Ejército Sirio proteger todo el territorio nacional, Damasco armó a los kurdos para que defiendan el país del que eran ciudadanos y componentes (en una proporción menor al 10 por ciento de la población nacional).

Eso permitió que durante los siguientes dos años ingresaran al país agrupaciones kurdas afiliadas con movimientos secesionistas de Turquía e Irak (supuestamente de ultra-izquiera), que secuestraron el comando de la comunidad kurda de Siria imponiéndose por sobre los partidos y dirigencias kurdo-sirias locales, que nunca habían mostrado interés en un proyecto separatista y se consideraban parte del tejido nacional dentro del cual su cultura, idioma e identidad siempre fueron respetados.


Nacían así las llamadas fuerzas kurdas YPG y en el marco del proyecto cantonizador de Siria, los medios occidentales comenzaban a difundir el término “Rojava”.


Hacia 2014, luego de la orquestada aparición de DAESH, todas las excusas se conjugaron para avalar el ingreso de las fuerzas de Washington en el noreste del país y la posterior creación en octubre de 2015, sobre la base de las YPG, de las llamadas SDF (Fuerzas Democráticas de Siria, en árabe QaSaD), que comenzaron a accionar contra el gobierno sirio bajo la promesa estadounidense de apoyar un proyecto de secesión, a la vez que sabotearon repetidamente los esfuerzos de Damasco para derrotar al terrorismo impuesto.


Acción contra el Estado nacional


En enero de 2016, las fuerzas QASAD intentaron desalojar a las locales Fuerzas de Defensa Nacional sirias, (aliadas del Ejército Árabe Sirio) así como los puestos de control de la milicia asiria en la provincia de Hasaka.


Luego, en junio y agosto de 2017, lograron que EEUU derribara los aviones sirios que apuntaban a DAESH (en plena retirada) porque los kurdos querían tomar la mayor cantidad de tierra posible, tierra que históricamente nunca fue kurda. Dicen que "no tienen más amigos que las montañas" y, sin embargo, se encuentran en lo profundo de las llanuras de la Siria que históricamente ha tenido presencia cultural árabe y étnicamente asiria.


En diciembre de 2018, cuando Washington amenazó con retirar a sus fuerzas de Siria, las fuerzas YPG/SDF/QASAD amenazaron con liberar a 3200 prisioneros extremistas de DAESH para "crear conciencia", lo que provocó que el gobierno sirio desviara sus fuerzas a Deir Ezzor en caso de que cumplieran su promesa, algo que luego no sucedió porque el anuncio de EEUU fue falso.


En julio de este año, se reveló que los kurdos YPG estaban vendiendo a Israel petróleo robado de Siria a través de su agente, Mordechai Kahana, cuya compañía, la "Corporación de Desarrollo Global", recibió el derecho "de representar al Consejo Democrático Sirio (COSUDE) en todos los asuntos relacionados con la venta de petróleo propiedad de COSUDE”, según documentos filtrados.


Estos activos petroleros son propiedad estatal siria, que antes de la guerra suministraba petróleo a precios subsidiados a todos los sirios, sin embargo, ahora se vende a Israel, el enemigo de Siria, mientras que el país con su producción mermada, se ve obligado a depender de los envíos de Irán a través de la punta de África, con todas las complicaciones globales que recientemente ha traído el tema en el marco del acoso de Washington y sus socios sobre Teherán.


En síntesis, queda claro que la preferencia kurda por asociarse económicamente con el enemigo sionista, en lugar de con sus compatriotas sirios, no es más que otro aporta a las complicaciones a que se enfrentan el Estado sirio y su pueblo, castigados a su vez por la presión de las medidas de ahogo económico internacionales (EEUU+UE) que van en detrimento de la reconstrucción nacional.


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