El día de hoy se cumple un nuevo aniversario de la tragedia de la Puerta 12, el mas trágico suceso que ocurrió en la historia del fútbol argentino donde murieron aplastadas 71 personas, con un promedio de edad de 19 años, y otras 113 resultaron heridas.
23 de junio de 2020 | 13:51
Por Nahuel Viola *
El 23 de Junio del año 1968, River y Boca protagonizaron una nueva edición del Superclásico argentino en el Estadio Monumental correspondiente a la fecha 17 del Metropolitano. El resultado final fue un pálido 0-0,en un encuentro sin mucho para rescatar. El partido se demoró su inicio debido a que Ángel Clemente Rojas, más conocido como Rojitas, futbolista e ídolo de Boca, le robó la gorra a Amadeo Carrizo, histórico arquero de River. Pero el hecho más importante y lamentable se daría en las tribunas donde se ubicaba el público visitante, es decir los hinchas de Boca.
Faltando pocos minutos para finalizar el partido, un grupo de hinchas decidió partir del estadio para así evitar el amontonamiento que podría producirse al momento del pitido que decretara la culminación del mismo. Pero allí es cuando comenzó la odisea y la tragedia para los seguidores de Boca.
Muchas versiones sobre lo sucedido aquel día se han comentado desde entonces, donde a partir de los testimonios que pudieron aportar los sobrevivientes de aquel siniestro se pudo notar que todos coinciden en los siguientes aspectos: la negligencia en el accionar irresponsable que tuvieron los encargados que contrató el club River Plate (en aquellos tiempos la institución contrataba personal perteneciente a la Municipalidad de Buenos Aires,encargada de la apertura y cierre de estadios) en abrir las puertas a medias y no levantar los molinetes por un lado,y el accionar represivo de las fuerzas de seguridad por el otro (principalmente de la policía montada a caballo), así como también la falta de iluminación que había en las escaleras de la Puerta 12.
Dichos testigos sobrevivientes cuentan que la policía decidió tomar acciones represivas sobre la hinchada de Boca a partir de que la barra estuvo cantando canciones de protesta (considerado delito en ese momento por la dictadura) y la Marcha Peronista durante el partido (recordemos que eran tiempos donde el Peronismo estaba proscripto en Argentina por la dictadura cívico-militar que derroco a Peron), lo que llevó a quienes recientemente habían podido salir del estadio tuvieran que retroceder y no les quedara otra opción que ingresar nuevamente a la tribuna visitante.
Este accionar trajo como consecuencia el caos y la masacre que se generó posteriormente, en cuestión de pocos minutos. Como se dijo antes, los molinetes no se habían levantado, la puerta estaba a medias y había falta de iluminación en las escaleras, lo que no permitió observar tanto a quienes querían salir del estadio a las personas que volvieron a ingresar por la represión policial, como tampoco en el sentido inverso (quienes entraron nuevamente no tuvieron la posibilidad de ver a la multitud dispuesta a partir del Monumental), causando una trágica avalancha y teniendo el peor desenlace posible: Muchas personas comenzaron a caer encima de otras, provocando falta de oxígeno en el amontonamiento de gente y que comenzara a haber varios desmayos por dicho motivo. Esto trajo como resultado la muerte de 71 personas (por aplastamiento y asfixia) y dejó a más de 100 heridos, todos ellos hinchas de Boca, a causa de la combinación fatal de varias malas acciones e incluso persecución política. El promedio de edad de los fallecidos era de tan solo 19 años (muchos de ellos eran adolescentes).
Al poco tiempo, se iniciaría un juicio para intentar buscar a los responsables de lo sucedido. En primer instancia, el juez Hermelo dictaminó la prisión preventiva para el intendente Américo Di Vietro y el capataz Marcelino Cabrera de River, y también dispuso un embargo de 200 millones de pesos a la institución de Núñez. Pero a finales de 1968, la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional sobreseyó a los imputados y levantó el embargo sancionado a ellos y al Club. La investigación fue cerrada y archivada en agosto de 1969, donde las pericias realizadas solamente avalaron la hipótesis de las puertas cerradas con molinetes, sin jamás poner el enfoque en investigar a la policía - que también actuó utilizando machetes contra los hinchas de Boca, de acuerdo a quienes fueron testigos del lamentable acontecimiento.
La defensa del abogado de River, por su parte, solamente se basó en culpar a los hinchas de Boca por lo sucedido ese día, tomando una postura totalmente repudiable.
También fue repudiable la complicidad que tuvieron tanto AFA como River en aquel entonces para con la Policía, la Justicia y la presidencia de Facto de Onganía. Con el fin de que ninguna de las familias de las víctimas realizara denuncias penales, decidieron pagarle una suma total de poco más de 100 mil dólares (cada familia tuvo poco más de mil dólares como indemnización) como manera de silenciar sus voces, al mismo tiempo que la institución de Núñez nunca se hizo cargo de la responsabilidad directa que tuvo en relación a la tragedia. Esta información fue revelada hace pocos años atrás por Carmen Palumbo, quien fuese la abogada defensora de muchos familiares de las víctimas.
Al mismo tiempo, cabe resaltar el enorme tiempo que la tragedia pasó siendo olvidada por la dirigencia de Boca, a tal punto que recién al cumplirse los 50 años de la tragedia salieron a pedir disculpas a los familiares de la víctima, sin siquiera haber recordado previamente en ocasión alguna a sus propios hinchas. La nueva dirigencia actual a cargo de la institución ha presentado un pedido hace poco tiempo atrás (mayo de este año) en modo de homenaje a los fallecidos en la Tragedia de la Puerta 12, que consiste en que el club no tenga que disputar ningún encuentro deportivo (ya sea local o internacional) en la fecha del 23 de junio, e incluso recientemente se ha presentado la propuesta de que dicha fecha empiece a ser considerada como el Día del Hincha de Boca.
También, otros homenajes que se han realizado a las víctimas fueron los de Pablo Tesoriere con su documental "Puerta 12" en 2008 (al conmemorarse el 40° aniversario del suceso), y el mural que pintó la agrupación Boca es Pueblo en 2019 en la esquina de Palos y Aristóbulo del Valle (al cumplirse 51 años del acontecimiento). La misma había realizado un mural donde se mencionaban los nombres de las víctimas en 2015, pero el mismo fue derribado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Uno de los cánticos que hacía alusión al suceso, que hasta provocó por única vez una unión entre hinchas de Boca y River, fue aquel que decía "No había puerta, no había molinete, era la cana que daba con machete", que durante varios años fue expresado como modo de pedir justicia, aunque después cayera en el olvido colectivo e incluso simpatizantes de ambos equipos cometieran actos aberrantes y despreciables al burlarse de la muerte de sus hinchas - Boca de los dos hinchas de River asesinados en un Superclásico jugado en la Bombonera, en el Clausura 94, y River de los 71 fallecidos en la avalancha de la Puerta 12.
Pasaron 52 años de aquel día, donde hasta hoy sigue habiendo detalles sin esclarecer y en la que sus responsables de mantienen impunes,donde una vez más se demuestra el vacío legal y existencial de la Justicia en Argentina, en la que todavía los familiares de la víctima siguen luchando y reclamando por la memoria de ellos y pidiendo que se haga justicia, donde River solamente tuvo como gesto de solidaridad colocar una placa en el acceso de aquella puerta,la cual después de la tragedia fue rebautizada como "Acceso L",y en donde Boca recientemente se acordó de aquellos hinchas que murieron el 23 de Junio de 1968, un acontecimiento que ha caído en el olvido social y cultural por parte de la población (teniendo en cuenta que Argentina es un país muy futbolero) y que incluso pasa desapercibido para el (pseudo) periodismo deportivo que tenemos en este país, al que le preocupa más vender e informar sobre la Tragedia de Heysel y la Tragedia de Hillsborough respectivamente que hacer alusión alguna en relación a Puerta 12.
Si el periodismo y las instituciones no recuerda este lamentable suceso, por mucho que se pida justicia, Puerta 12 seguirá en el olvido colectivo.