Hoy se lleva adelante en Francia una nueva jornada de protestas contra la reforma a la jubilación promovida por el gobierno, que incluye la convocatoria lanzada por la Confederación General del Trabajo (CGT), una de las principales del ámbito sindical.
Según los convocantes, el gobierno del presidente Emmanuel Macron, quien prometió en su campaña electoral la reforma, pretende mejorar la economía sobre las espaldas de los jubilados y de quienes tendrán esa condición en un futuro.
También la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF) anunció la realización hoy de una huelga contra la iniciativa, acción que debe afectar sobre todo el servicio de trenes entre ciudades.
De acuerdo con la entidad, la medida provocará dificultades en el tráfico de los TGV (trenes de alta velocidad), con apenas dos de cada cinco circulando entre ciudades, tres de cada cinco TER (expresos regionales) y un Transilien (suburbanos) de dos.
El servicio internacional tendrá limitaciones en las rutas del Atlántico y el Norte, pero será normal para las empresas Eurostar, Thalys y Lyria, así como las que enlazan a Francia con España, Alemania e Italia, precisó.
Otros sectores específicos que prevén acciones son la educación, los funcionarios públicos y la salud.
La reforma busca sustituir los 42 regímenes de pensiones existentes por un sistema por puntos y extender a 64 años la edad para poder disfrutar de todos los beneficios del retiro, aunque sin cambiar la de jubilación, fijada en 62.
Expertos alertan que en otros países de Europa, como Alemania y Suecia, se establecieron mecanismos similares que han reducido el nivel de vida de los retirados.
Por su parte, el gobierno asegura que el nuevo sistema eliminaría actuales privilegios de algunas categorías, por lo que sería más justo.
Ante el rechazo que genera la reforma en amplios sectores, el ejecutivo activó una consulta con sindicatos, patronos y la población en general, sin que ello calme hasta ahora los ánimos y los llamados a protestar.
En las últimas dos semanas, importantes manifestaciones ratificaron la oposición al proyecto: la paralización del transporte público en París el 13 de septiembre, la concentración inusual de abogados, pilotos y personal de la salud dos días después y la marcha realizada el sábado por Fuerza Obrera, considerada la tercera agrupación sindical más poderosa de Francia.
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