El 15 de enero de 1961, tras ser derrocado en septiembre de 1960, fue asesinado Patrice Lumumba. Lider revolucionario y primer ministro del Congo, fue además un defensor de las ideas antimperialista y socialistas. En 1966 fue nombrado Héroe Nacional del país.
17 de enero de 2023.
Lumumba venía siendo amenazado por el imperialismo desde siempre, pero en septiembre de 1960 fue derrotado por agentes del imperialismo. El 17 de enero de 1961, bajo órdenes de la CIA y los servicios secretos belgas se ordena el su asesinato.
El golpe de Estado y el posterior asesianto se dio gracias a que varios paises se vieron amenazados, entre ellos Bélgica y EEUU, con el liderazgo de Lumumba. Y es que este representaba la posibilidad de nacionalizar las minas y profundizar la revolución por toda África.
Es por esto, que se dice que Bélgica y Estados Unidos influyeron en el golpe de estado a 67 días de la toma de poder de Lumumba. Tras este golpe, fue arrestado, sin embargo escapó y pidió ayuda de la ONU, pero esta negó la ayuda complicando las posibilidades de salvar su vida.
Es así que pronto fue capturado por las tropas de Mobutu, a quienes apoyaban los gobiernos de Bélgica y EE.UU. En un principio Lumumba fue torturado por días junto con dos de sus ministros, Joseph Okito y Maurice Mpolo.
Finalmente fueron ejecutados un 17 de enero, y para demostrar el odio que les tenían, sus cuerpos fueron desmembrados, disueltos en ácido y quemados. En el año de 2002, un antiguo policía belga declaró haber disuelto el cuerpo de Lumumba en ácido, tras recibir órdenes belgas.
Tras esta orden, el policía guardó 2 dientes del ex líder congoleño para después mostrarlos como “trofeo”. Así, tuvieron que pasar 60 años para que, en el 2020 el rey Felipe de Bélgica pidiera disculpas y reconociera el gran daño que causaron contra el pueblo congoleño.
Algunas especulaciones establecen que lo que mató a Lumumba, fue su discurso en la ceremonia de su toma de posesión.
Extracto de su discurso ante la ceremonia de independencia:
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“Nuestras heridas están demasiado frescas y son demasiado dolorosas todavía para poder expulsarlas de nuestra memoria. Hemos conocido el trabajo agotador exigido a cambio de salarios que no nos permitían ni comer para paliar el hambre, ni vestirnos ni vivir decentemente, ni criar a nuestros hijos como seres queridos. Hemos conocido las ironías, los insultos, los golpes que debíamos sufrir mañana, tarde y noche… porque éramos negros”.
Tristemente, las familias tanto de Lumumba como de Joseph Okito y Maurice Mpolo, no lograron darle una sepultura digna, convirtiendo a estos personajes, en “héroes sin tumba”.
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