"Tras el brutal aplastamiento zarista de la revolución de 1905, se desarrolló dentro del partido bolchevique una facción denominada los otzovistas, o "constructores de Dios". Ellos argumentaban que los campesinos estaban listos para el socialismo; para prepararlos, los bolcheviques deberían apelar a ellos a través de la religión y el espiritualismo. Para apoyar sus ideas heréticas, los constructores de Dios citaban la obra del físico y filósofo alemán Ernst Mach, quien había escrito elocuentemente sobre la cuarta dimensión y el descubrimiento reciente de una nueva y misteriosa propiedad de la materia denominada radioactividad. Los constructores de Dios señalaban que el descubrimiento de la radioactividad por el científico francés Henri Becquerel en 1896 y el descubrimiento del radio por Marie Curie en el mismo año habían encendido un furioso debate filosófico en los círculos literarios franceses y alemanes. Parecía que la materia podía desintegrarse lentamente y que podía reaparecer energía (en forma de radiación).
Sin duda, los nuevos experimentos sobre radiación demostraban que la base de la física newtoniana se estaba hundiendo. La materia, concebida por los griegos eterna e inmutable, se estaba desintegrando ante nuestros propios ojos. El uranio y el radio, en contra de la creencia aceptada, se estaban mutando en el laboratorio. Para algunos, Mach era el profeta que les guiaría en el desierto. Sin embargo, él apuntaba en la dirección incorrecta, rechazando el materialismo y declarando que el espacio y el tiempo eran producto de nuestras sensaciones. (...)
Tuvo lugar una escisión entre los bolcheviques. Su líder, Vladimir Lenin, estaba horrorizado. ¿Son los fantasmas y los demonios compatibles con el socialismo? En el exilio, en Ginebra en 1908, escribió un enorme tomo filosófico, Materialismo y Empirocriticismo, defendiendo el materialismo dialéctico de los ataques del misticismo y la metafísica. Para Lenin, la misteriosa desaparición de materia y energía no probaba la existencia de espíritus. Argumentaba que esto significaba más bien que estaba emergiendo una nueva dialéctica, que abarcaría tanto la materia como la energía. Ya no podrían considerarse como entidades separadas, como Newton había hecho. Ahora debían verse como dos polos de una unidad dialéctica. Se necesitaba un nuevo principio de conservación. (Desconocido para Lenin, Einstein había propuesto el principio correcto tres años antes, en 1905). Además, Lenin cuestionó el fácil abrazo de Mach de la cuarta dimensión. En primer lugar, Lenin elogiaba a Mach, quien "había planteado la cuestión muy útil e importante de un espacio de n dimensiones como un espacio concebible". Luego cuestionaba a Mach por no haber hecho hincapié en que sólo las tres dimensiones del espacio podían verificarse experimentalmente. Las matemáticas pueden explorar la cuarta dimensión y el mundo de lo que es posible, y esto es bueno, escribió Lenin, ¡pero el zar solo puede ser derrocado en la tercera dimensión!
Combatiendo en el terreno de batalla de la cuarta dimensión y la nueva teoría de la radiación, Lenin necesitó años para echar el otzovismo del partido bolchevique. En cualquier caso, ganó la batalla poco antes del estallido de la Revolución de Octubre de 1917" (pp. 109-111).
Más adelante, MK escribe que ".... Einstein decía ahora que la energía del automóvil podía convertirse en masa - un nuevo principio de conservación que decía que la suma total de la masa y la energía debe siempre permanecer constante. La materia no desaparece repentinamente, ni la energía brota de la nada. En este sentido los constructores de Dios estaban equivocados y Lenin tenía razón. La materia desaparece solo para librar enormes cantidades de energía, o viceversa" (p. 138).
Fuente: Hiperespacio - Michio Kaku
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