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Mantener en alto la bandera del pensamiento de Mao Zedong

Mantener en alto la bandera del pensamiento de Mao Zedong y persistir en el principio y buscar la verdad de los hechos.

Por Deng Xiaoping.

Es un problema de gran importancia el de cómo mantener en alto la bandera del pensamiento de Mao Zedong. Ahora hay muchas personas, tanto dentro del Partido como fuera de él, lo mismo en el país que en el extranjero, que están a favor de que se mantenga en alto la bandera del pensamiento de Mao Zedong. Pero ¿qué significa mantener en alto? ¿Cómo mantener en alto? ¿No conocen todos muy bien el famoso criterio de los dos “todo lo que sea”? Resulta que, según ese criterio, todo documento que haya leído y rubricado el camarada Mao Zedong debe quedar tal y como está, sin permitir modificación alguna, y todo lo que haya hecho o dicho él debe permanecer intacto. ¿Significa esto mantener en alto la bandera del pensamiento de Mao Zedong? ¡De ninguna manera! Si las cosas continúan así, quedará perjudicado el pensamiento de Mao Zedong. La quintaesencia de este pensamiento reside en buscar la verdad en los hechos e integrar los principios generales del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución china. En Yan’an, el camarada Mao Zedong hizo para la Escuela del Partido Adjunta al Comité Central una inscripción en grandes letras: “Buscar la verdad en los hechos”, y es en ella donde está cristalizada la quintaesencia de su pensamiento. Precisamente a esto se debió, en último análisis, el que el camarada Mao Zedong fuera un gran hombre que supiera conducir la revolución china a la victoria. Marx y Lenin no dijeron nunca que era posible cercar las ciudades con las zonas rurales, teoría ésta que no existía en el mundo en aquel entonces. Pero esto no le impidió al camarada Mao Zedong señalar, a la luz de las condiciones concretas de China, un camino concreto para la revolución y conducir al pueblo, en los momentos en que los caudillos militares tenían sus regímenes independientes, a establecer bases de apoyo revolucionarias en las zonas donde era vulnerable el control del enemigo y a cercar las ciudades con el campo para conquistar finalmente el Poder. Si el Partido bolchevique, dirigido por Lenin, hizo su revolución allá donde estaba el eslabón más débil del mundo imperialista, nosotros, por nuestra parte, hemos hecho la nuestra también en las zonas donde era vulnerable el control del enemigo, siendo ambos casos iguales en principio. Pero no hicimos la revolución primero en las ciudades, sino en el campo, cercando aquéllas con éste. ¿Acaso habría podido formular así el problema y resolverlo quien no se hubiera guiado por la idea básica de buscar la verdad en los hechos? ¿Acaso habría podido una persona así llevar la revolución china al triunfo?


Luego de la fundación de la República Popular China, el camarada Mao Zedong continuó aplicando el axioma que representa este principio de buscar la verdad en los hechos, para conducirnos hacia adelante. Por supuesto, muchas cosas no podían plantearse en aquel entonces, ya que no estaban dadas las condiciones propicias para ello. Mantener en alto la bandera del pensamiento de Mao Zedong significa que debemos persistir en partir de la realidad en cualquier período y al tratar cualquier problema relativo a nuestra orientación y política. Ahora, para materializar las cuatro modernizaciones, ya están dadas muchas de las condiciones que no lo estaban en vida del camarada Mao Zedong. Si el Comité Central no hubiera reflexionado sobre los problemas y tomado decisiones de acuerdo con las condiciones existentes, le habría sido imposible plantear muchos de los problemas y encontrarles solución. Por ejemplo, en vida del camarada Mao Zedong, no nos faltaba el deseo de ampliar nuestro intercambio económico con otros países y, dentro de este marco, desarrollar relaciones económicas y comerciales con algunos países capitalistas desarrollados, e incluso introducir fondos del exterior, crear empresas mixtas con inversiones nacionales y extranjeras, etc. Pero, en aquel entonces, no estaban dadas las condiciones, pues estábamos bloqueados. Más tarde, la “banda de los cuatro”, acusando a todo y a todos de “idolatría de lo extranjero” y de “entreguismo”, nos dejó aislados del mundo exterior. Fue el camarada Mao Zedong quien, con su concepción estratégica de los tres mundos, nos abrió el camino. Persistimos en combatir el imperialismo, el hegemonismo, el colonialismo y el racismo, en salvaguardar la paz mundial y en desarrollar, de manera activa y sobre la base de los cinco principios de coexistencia pacífica, relaciones y contactos económicos y culturales con los demás países del mundo. Mediante nuestros esfuerzos de los últimos años, hemos logrado las actuales condiciones internacionales, mucho mejores que antes, que nos permiten asimilar los últimos adelantos del mundo en materia de técnica y experiencia de administración económica y atraer fondos del exterior, condiciones que no estaban dadas en vida del camarada Mao Zedong. Es posible, desde luego, que algunos extranjeros traten de engañarnos y beneficiarse de nuestro atraso. Por ejemplo, al vendernos un juego de equipos, puede ser que eleven un poco el precio o nos den gato por liebre. Pero, vista la situación en su conjunto, ya tenemos condiciones ventajosas que no poseíamos en el pasado. Si no pudiéramos hacer nada que no hubiera dicho el camarada Mao Zedong, ya no nos sería posible tomar semejante decisión. Con relación a un problema como éste, ¿qué significa mantener en alto la bandera del pensamiento de Mao Zedong? Significa partir de la realidad de hoy y aprovechar plenamente todas las condiciones ventajosas para alcanzar la meta de las cuatro modernizaciones, formulada por el camarada Mao Zedong y anunciada por el camarada Zhou Enlai. Si sólo pudiéramos hacer lo que dijo el camarada Mao Zedong, ¿qué haríamos ahora? El marxismo necesita desarrollarse, y el pensamiento de Mao Zedong también. De otra manera, quedarían petrificados.


Idéntico fondo tiene la tesis de que la teoría tiene que verificarse a través de la práctica. El hecho de que hasta ahora aún sea esta tesis motivo de polémica, denota lo fosilizada que está la mentalidad de cierta gente. En esencia, el problema fundamental sigue siendo el mismo que acabo de mencionar, esto es, una violación de la idea, formulada por el camarada Mao Zedong, de buscar la verdad en los hechos y de los principios del materialismo dialéctico e histórico, lo que, en realidad, es un reflejo del idealismo y de la metafísica. Cada día se producen cambios en el mundo y surgen sin cesar cosas y problemas nuevos. No podemos encerrarnos entre cuatro paredes ni permanecer siempre en el atraso dejando nuestra mente sumida en la inactividad. El nuestro se cuenta entre los países pobres del mundo de hoy, e incluso, dentro del Tercer Mundo, pertenece al sector relativamente subdesarrollado. Somos un país socialista, y la manifestación fundamental de la superioridad del sistema socialista consiste en que permite desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad a un ritmo desconocido en la vieja sociedad y satisfacer paso a paso las crecientes necesidades del pueblo en el aspecto material y en la vida cultural. A la luz del materialismo histórico, el resultado de una dirección política acertada debe, en fin de cuentas, hallar su expresión en el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad y en el mejoramiento de las condiciones materiales y la vida cultural del pueblo. Si el ritmo del desarrollo de las fuerzas productivas de un país socialista resulta menos acelerado que el de los países capitalistas durante un período histórico muy largo, ¿de qué superioridad del socialismo puede hablarse? Debemos preguntarnos qué hemos hecho en interés del pueblo. Hemos de desarrollar nuestras fuerzas productivas sobre la base de las actuales condiciones ventajosas para que el pueblo viva mejor material y culturalmente y tenga una mejor fisonomía moral.


¿Qué es mantener en alto la bandera? He aquí una pregunta a la que debemos responder. Las orientaciones y políticas formuladas actualmente por el Comité Central significan mantener en alto la bandera en el verdadero sentido de la palabra. El haber tomado una decisión tan importante para acelerar efectivamente nuestro avance significa mantener en alto la bandera en el mejor sentido de la palabra. Todo lo que se aparte de esto no será más que mantener en alto la bandera de modo puramente formal y falso.


16 de septiembre de 1978.

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