El fabricante de chips británico ARM anuncio que rompe relaciones y acuerdos con la cooperativa china, y en el mundo de la tecnología se habla de la muerte definitiva de Huawei. Pero, ¿Esto es tan así?
Pese a que Huawei ya tiene licencia ARM, sobre sus actuales chips Kirin, la decisión puede paralizar la capacidad de la compañía de hacer nuevos chips para sus futuros smartphones. O bien, le obligaría a cambiar de empresa para el diseños de sus planos para desarrollar procesadores.
Si, Huawei, al igual que Apple y Qualcomm, utiliza los planos de ARM para diseñar los procesadores que alimentan sus teléfonos inteligentes.
Los diseños de chips de ARM contienen tecnología de origen estadounidense y son la columna vertebral de los teléfonos de Huawei, según Reuters. Es por ello, que pese a que Inglaterra no se posiciono frente a esta decisión ultra proteccionista de Trump, la empresa inglesa se ve obligada a aplicar también el bloqueo a Huawei, aunque esto le genere bastante pérdidas económicas.
Otras compañías que anunciaron la suspensión de sus envíos a Huawei fueron los fabricantes de componentes ópticos Lumentum e Inphi y el fabricante de chips de radiofrecuencia Qorvo.
Pero estos últimos no interesan. Vamos con ARM.
Justo, justito, cuando Huawei anunciaba que podía vivir sin Android de Google, y crear su propio sistema operativo basado en Android, con su propio ecosistema de aplicaciones que cumplían todas las necesidades de un usuario, aparece ARM y le dice, hasta acá llegamos amiguito.
Sin ARM, Huawei debería buscar otros planos para fábricas sus Kirin, lo cual le deja muy en desventaja sobre la competencia, Qualcomm y Apple, e Intel en la tecnología de ordenadores portatiles.
Pero, ¿Es realmente el fin de Huawei? Veamos las alternativas que tiene Huawei frente a ARM.
Otro "conjunto de instrucciones" de infraestructura en procesadores existente es IBM, pero también es estadounidense, así que descartemos. AMD es otra compañía de este tipo, pero también es estadounidense, así que también debe ser descartada.
Existen también otras compañías especializadas en el diseño de microprocesadores como MIPS, SuperH o RISC-V, siendo esta última open source y con Huawei como miembro de la fundación que le da vida, pero ninguna de ellas se acerca al nivel de ARM en lo que a la versatilidad y extensión se refiere. No es por nada que más del 98% de los smartphones y tablets del planeta llevan procesadores basdados en ARM.
Pero existen aún más problemas para Huawei: dado que hoy por hoy, Android únicamente cuenta con soporte para las arquitecturas ARM e Intel x86, en caso de que Huawei lograse dar con una alternativa, tendría que solicitar a Google la adaptación del sistema operativo para ofrecer compatibilidad con la nueva arquitectura. Claro, eso, siempre y cuando la cooperativa china tuviera intención de seguir usando Android como plataforma base de su nuevo sistema operativo. En caso de usar un nuevo sistema cerrado, sin soporte en Android, como hace Apple o Windows, por ejemplo, podría usar estas alternativas, pero perdería su prestigio y calidad frente a las competencias.
En definitiva, hoy por hoy el escenario más probable es que Huawei tenga que dejar de crear sus propios procesadores Kirin, pues mucho la cooperativa no cuenta con los recursos ni las capacidades necesarias para el desarrollo de su propia arquitectura de microprocesadores, o al menos no para crear una alternativa lo suficientemente competitiva para llegar a plantar cara a las tecnologías de Intel y ARM. La compañía, eso sí, podría apoyarse en otros fabricantes de procesadores ajenos a los Estados Unidos como MediaTek o Exynos –también basados en la arquitectura ARM, pero que no han bloqueado sus acuerdos con Huawei.
En el caso de Exynos, dudamos que su competidor directo, Samsung -dueña de la firma-, quiera prestar sus servicios a Huawei. En el caso de MediaTek, la empresa es de Taiwán, una región con soberanía discutida que China reclama. Sería lo más lógico ir por MediaTek, pero, y lo digo por experiencia de usar smartphones con MediaTek, es bastante menor calidad frente a Qualcomm, Apple, Exynos o incluso la misma Kirin. Esto haría que Huawei tenga que hacer un sistema lo más fluido para no perder en velocidad frente a sus competencias, por qué en Android de Google MediaTek no le garantiza más que una derrota a Huawei. Aunque eso sí, si ambas trabajan juntas, y con la experiencia de Huawei en desarrollo de procesadores Kirin, podría potenciar a MediaTek con el tiempo.
Por otro lado, la marca podrá seguir construyendo aquellos chips basados en diseños actuales como los procesadores Kirin 980 o 710, y es más que probable que el desarrollo del nuevo Kirin 985 haya finalizado, de modo que futuros teléfonos como los Huawei Mate 30 o P40 tendrían una plataforma en la que basarse, y quizá también un sistema operativo alternativo a Android que corra por sus circuitos. Esto podría darle respiro a Huawei por, al menos, un año entero. Pero no es una solución a largo plano, dado que habrá un momento en el que la compañía se quede sin suministros suficientes, y no tendrá tampoco la capacidad de desarrollar nuevos procesadores Kirin con los que dar vida a sus teléfonos.
Como vemos, está decisión pone en riesgo la hegemonía de Huawei a nivel mundial. No le hará desaparecer ni mucho menos, pero le reduciría a perder en ventas y posiciones, como ya ocurrió con Nokia tras tratar de competir con su Symbian OS frente a Android Google, o bien caso reciente con Windows Mobile, que ya perdió frente a Google y Apple y dejó su fabricación de SO solo para ordenadores. Es decir, Huawei seguirá existiendo, pero su peso a nivel mundial se reduciría, y con el la carrera por el 5G de China.
Más allá de que esta política, según la lógica liberal, es una política fascista por parte de Trump, por qué intervino directamente en el mercado con TODO el peso del Estado, y le puso fin a añares de discurso de libre competencia. Más allá de eso, que a ningún liberal le interesa, por qué no existe la libertad de competencia fuera de los libros de Adam Smith, Trump cambio radicalmente el mundo de la tecnología móvil. Ahora, todas las empresas chinas - Xiaomi, One Plus, ZTE, etc - buscarán crear su propio sistema operativo en caso de sufrir las represalias de Trump - bueno a ZTE ya se lo hicieron - y esto pondrá incluso en juego la hegemonía de la propia Google, dado que Samsung lleva años desarrollando su propio sistema operativo por si le ocurre algún día lo mismo que le acaba de ocurrir a Huawei.
Por parte de Google, no están de acuerdo, obviamente, con esta medida de Trump, ya que les llevará a una perdida tremenda de ganancias y le podría poner un nuevo competidor en SO, en el mercado. El SO Huawei ya lo tiene listo, por ahí no hay problemas, incluso hasta sea mejor y superadora a Google Android, no nos quede duda, China tiene todo su propio ecosistema para reemplazar a los servicios de Google, y si algo no lo tiene, están los rusos, que con Yandex están haciendo un intento también de crear un ecosistema alternativo a Google.
El problema vendrá por el lado de los micro procesadores, y no afectará de manera directa a la telefonía móvil. El problema real para Huawei esta en sus ordenadores movil, dado que todas las alternativas a ARM e Intel, para ordenadores, son también de origen estadounidense, y allí no existe MediaTek o Exynos a la que recurrir. Por ende, de continuar este bloqueo, la producción de ordenadores móviles para Huawei esta perdida, y es una lastima, por qué estaba vendiendo las mejores notebook y tablets del mercado. Además, por muy bueno que sea su propio Sistema Operativo, en el mundo de los ordenadores nadie se arriesgaría a salirse del oligopolio Apple - Microsoft, de por sí ya son pocos los que usan componentes Linux como Ubuntu.
Esperemos que Trump no termine de destruir el mercado chino con sus políticas de estructuras fascistas, defendidas por los liberales bajo el relato de "espionaje", por qué la guerra tecnologica, se empezará a mover a todos los campos de la producción. Y como ya hemos visto, cualquier respuesta de China, cualquier respuesta de Xi Jinping, podría poner en riesgo la producción de Apple, la cual igual ya estaba derrotada por Samsung y Huawei, y aumentar la tensión entre ambos países. Pero, sinceramente, no creemos que a Trump le importe Apple, por qué no es nadie en el mundo de las telecomunicaciones, y está guerra es por ello, por el 5G, y no por las ventas de Apple, Samsung y Huawei, si no ya habrían bloqueado también a Xiaomi.
En este escenario de guerra fría, donde Huawei y China tienen sus países socios, bloqueados económicamente por el Estado ultra intervencionista de los EEUU, como Cuba, Corea del Norte y Venezuela, sus socios de bloque, como Vietnam, Laos, Nepal, Bielorrusia, Bolivia y Nicaragua, sus socios en la lucha contra la hegemonía estadounidense, como Rusia, Turquía, Irán, o sus socios por interes en la Ruta de la Seda como Italia e India, o sus socios de dependencia financiera como más de media África, Huawei y China, probablemente terminen creando un mercado aparte del mercado occidental. Y si esto ocurre, estaríamos hablando ya de una guerra fría auténtica, en la que China sería la nueva URSS, y la carrera de la telecomunicaciones sería la carrera espacial.
Pero, ¿le conviene a EEUU seguir gastando plata en mantenerse como potencia imperialista? Su déficit fiscal es de los más altos del mundo. No creemos que EEUU esté en condiciones de imponerle sanciones severas a China, muy probablemente esto sea solo una amenaza o una especie de barrera temporal, hasta que EEUU logré igualar en la carrera por el 5G a China.
Después de todo. ¿Cuántas veces a dado vuelta atrás Donald Trump?
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