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DIFERENCIAS ENTRE LA TEORÍA MARXISTA DE LA REPRODUCCIÓN Y LA TEORÍA BURGUESA DEL CRECIMIENTO

Actualizado: 13 abr 2020

DIFERENCIAS ESENCIALES ENTRE LA TEORÍA MARXISTA DE LA REPRODUCCIÓN Y LA TEORÍA BURGUESA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO.


*Por I. Osádchaia


Ya hemos señalado que algunos economistas occidentales consideran la teoría de Marx de la dinámica del capitalismo predecesora de las teorías actuales del crecimiento económico. Llegan a esta conclusión basándose en el hecho evidente, y a la vez superficialmente interpretado, de que muchos de los problemas en los que los teóricos del crecimiento económico centran hoy su atención, ya fueron en su tiempo planteados por Marx. Podrían citarse bastantes declaraciones en las que se reconoce la primacía de Marx en el planteamiento y solución de una serie de problemas del crecimiento económico. El informe presentado por el profesor Bronfenbrenner ante la Conferencia de la Asociación Económica Americana, en ocasión del centenario de la publicación de El Capital de Marx, contiene una larga enumeración y descripción de estos problemas, entre ellos, la teoría de Marx de la reproducción simple y ampliada (en su aspecto técnico-económico); la de la desocupación y el ciclo económico; los comienzos de la teoría de la competencia imperfecta, etc. Por otra parte, Bronfenbrenner reconoce que ninguno de los economistas posteriores pudieron elevarse a tal altura en el terreno de la síntesis estática y el análisis dinámico, de la teoría económica en el sentido estricto de la palabra, con investigación social, como lo hizo Marx. Y constata que esta teoría se sitúa en el punto crucial de la ciencia, y que en Occidente se hacen apenas los primeros intentos para realizar esta síntesis.


E. Domar, en su tiempo, hizo una alta apreciación de Marx y declaró que las modernas teprías del crecimiento arranan de los esquemas marxistas de la reproducción. Otro economista americano K.Kurihara, ya citado, escribió: “La teoría marxista del desarrollo capitalista se anticipa a muchas de las teorías actuales del crecimiento a largo plazo, concretamente a las del estancamiento de Keynes y Hansen, a las de la dinámica de Harrod y Domar, a las del crecimiento íclico de Schumpeter, Kalecki, Kaldor y Goodwin, así como a la teoría del paro estructural de J.robinson”.


Estos reconocimientos son de por sí un fenómeno interesante de alcance teórico y político. Confirman, una vez más, la fuerza y la justeza de la teoría marxista, que aborda de un modo verdaderamente científico la solución de muchos problemas del desarrollo capitalista moderno. Sin embargo, en estos juicios se pierden de vista, se disimulan, las diferencias radicales, de principio, entre la teoría marxista de la reproducción y las actuales teorías burguesas del crecimiento. Dichos “reconocimientos” se acompañan con frecuencia de la negación del marxismo como tal teoría social-económica que descubre la anatomía de la sociedad capitalista (en particular, no admiten la teoría del valor y de la plusvalía), negándolo como categoría que fundamente el carácter histórico transitorio del modo capitalista de reproducción, lo cual equivale a dejar en el olvido la esencia revolucionaria del marxismo.


Hay que subrayar, ante todo, que la teoría marxista de la reproducción capitalista es considerablemente más amplia que la teoría del crecimiento. Marx demostró que todo modo de producción se desarrolla por la acción e interacción de dos sistemas de leyes: unas, tecnoeconómicas, determinadas por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y la rapidez del crecimiento económico, y otras, socioeconómicos, que emanan del carácter de la propiedad, de las relaciones de clases y grupos sociales. Ambos sistemas de interrelaciones tienen una independencia relativa y, al mismo tiempo, están mutuamente condicionados, pero en la determinación de las tendencias históricas esenciales del desarrollo, el papel decisivo corresponde a las leyes socioeconómicas.


Por eso, el crecimiento económico puede estudiarse en un doble sentido: En el sentido estricto, como crecimiento de los índices esenciales de la producción social y de los cambios derivados de esto en los índices macroeconómicos y las interconexiones tecno-económicas. En el sentido amplio, como proceso de cambios en las instituciones sociales y en las relaciones de producción en los marcos de un mismo modo de producción.

Las teorías del crecimiento económico que se desarrollan en Occidente tratan, sobre todo, de las leyes y tendencias generales técnico-económicas del desarrollo de las fuerzas productivas. Generalizan y formalizan la relación entre los ritmos y proporciones estructurales de la economía nacional en las diferentes condiciones de su desarrollo, con los distintos tipos de progreso técnico y grado diverso de desarrollo de las fuerzas productivas. En dichas teorías ocupa un lugar preferente el análisis de las interrelaciones técnico-económicas (de equilibro técnico) que determinan un crecimiento estable, equilibrado, de la economía, con los diferentes tipos de progreso técnico, y las causas que alteran dicho equilibrio; la relación entre los ritmos y las proporciones fundamentales de la economía nacional; el estudio de los factores técnico-económicos de crecimiento; la elaboración de métodos cuantitativos de investigación de todos estos problemas.


Pero en este análisis se hace total abstracción de las condiciones socioeconómicas y de las incidencias del desarrollo económico, tomándolas como datos extraeconómicos no sujetos a análisis. Tal abstracción no sólo vacía totalmente de contenido a estas teorías, reduciéndolas a una descripción de las conexiones mutuas que aparecen en la superficie de los procesos económicos, sino que facilita su utilización con fines apologéticos en defensa del orden establecido.


A juicio del economista americano Paul Baran, los modelos de crecimiento económico no nos dan la idea de la realidad capitalista. “Postulado por un adecuado control directo o indirecto sobre el comportamiento de las variables clave, que en la realidad no existe; partiendo de que los monopolios no existen, cuando en realidad ejercen una influencia constante y trascendental, y de que existe el pleno empleo para un largo período, cuando de hecho esto es más bien la excepción que la regla, los actuales modelos hacen abstracción, no ya de los rasgos secundarios de este proceso que tratan de explicar, sino de su propia esencia… De este modo sustituyen la economía capitalista por un sistema racional imaginario que n tiene de común con el capitalismo nada más que el nombre. Los resultados son obvios: es la apología, el statu quo, cualesquiera que sean las intenciones subjetivas del autor.

La teoría marxista de la reproducción estudia el proceso del crecimiento económico en la unidad de sus aspectos técnico-económicos y socioeconómicos, con la particularidad de que Marx coloca en primer término el análisis de las leyes socioeconómicas y las tendencias históricas del desarrollo del modo de la producción capitalista. Marx investigó el proceso de la reproducción capitalista, primeramente, como proceso de reproducción de las de las relaciones capitalistas de producción –“el captitalista” por un lado y el obrero asalariado por otro”- y en segundo término, como proceso de preparación de las condiciones materiales de su desaparición. Por consiguiente, la teoría marxista de la reproducción contiene el análisis de las leyes específicas del desarrollo de las fuerzas productivas en las condiciones del capitalismo (ley de desarrollo cíclico, ley general de la acumulación capitalista, etc.) que exacerban las contradicciones sociales y económicas, y preparan las condiciones objetivas y subjetivas de su hundimiento.


No obstante, a fin de descubrir la esencia de la explotación capitalista y examinar las contradicciones internas de la dinámica del capitalismo, Marx estudió también ciertas leyes técnico-económicas importantes de la reproducción como son: las proporciones estructurales de la economía nacional, del valor y naturales; su relación recíproca y factores que determinan sus cambios. Por eso, precisamente, los teóricos del crecimiento económico de Occidente encuentran en la teoría marxista de la reproducción una serie de elementos que son objeto de su análisis. Es más, del desarrollo y la concreción de los citados aspectos de la teoría de la reproducción capitalista de Marx, surge la teoría marxista del crecimiento como fundamento teórico de la economía planificada socialista. Esto no puede servir en modo alguno de fundamento para identificar la teoría de la reproducción de Marx y la teoría no marxista del crecimiento. Los aspectos tecnoeconómicos del crecimiento son sólo una parte del todo que representa la teoría de Marx del desarrollo del capitalismo, que estudia los cambios tecnoeconómicos y socioeconómicos en su unidad y ligazón dialéctica.

Hay que subrayar que en Occidente hay también economistas que comprenden la diferencia profunda que separa a la teoría de Marx de la reproducción de la teoría no marxista del crecimiento económico. A este respecto puede citarse lo manifestado por el conocido economista americano L. Klein: “La metodología que Marx utiliza es completamente diferente a la de Keynes y los clásicos. En lugar de estudiar el comportamiento de los individuos, Marx estudia directamente el comportamiento de las clases. Esta teoría es probablemente macroeconómica por su propio origen, pero el macrosistema de Marx se diferencia fundamentalmente del sistema keynesista y clásico. Las unidades de los macrosistemas de los últimos son los productores y consumidores, y las coincidencias parciales entre ellos no permiten esclarecer muchos elementos importantes. En el sistema de Marx, las macrounidades no son sólo productores y consumidores; lo son también obreros y capitalistas”.


En ligazón con esto, son interesantes las consideraciones del no menos destacado economista japonés S. Tsuru. En un artículo en el que compara los sistemas económicos marxista y keynesista, dice que las diferencias esenciales entre Marx y Keynes están originadas por la naturaleza de las magnitudes agregadas que utilizan. En Marx, los parámetros de los modelos se determinan po la propia específica del capitalismo. Pero Keynes se ve obligado a recurrir a generalizaciones extra-sociales: la psicología, la productividad decreciente, las particularidades de la técnica de la producción. “El propósito de Marx es demostrar del modo más sencillo posible la interrelación específica de las magnitudes agregadas que es característica del capitalismo… -escribe Tsuru- Keynes reorienta nuestra atención… hacia la más simple relación funcional entre la demanda de las mercancías de diverso tipo y el nivel general de actividad económica… una relación que rebasa los marcos específicos del capitalismo”

S. Tsuru insiste también en otra idea: aunque los keynesistas se declaran adictos al método macroeconómico, en fin de cuentas, se ven obligados a volver a la microeconomía para explicar teóricamente la conducta de los individuos y firmas que determinan el movimiento de las propias magnitudes agregadas. La base teórica de las magnitudes agregadas keynesistas se reduce, en definitiva, a la relación entre los recursos escasos y las alternativas de su empleo, que rebasa, de hecho, los marcos de toda la especificidad del modo capitalista de producción. A diferencia de esto, las magnitudes agregadas con que opera Marx son, a juicio de Tsuru, sólo “una etapa en la vía de la investigación teórica del más abstracto examen del valor, hacia un análisis más concreto de la crisis y otros fenómenos típicos del capitalismo”.


Lo que principalmente distingue al sistema de Marx es la búsqueda de las leyes sociales de desarrollo. “Si la sociedad, en tanto que objeto de conocimiento científico, es un complejo de relaciones cualitativas y no una simple amalgama de los individuos o átomos que la componen y a la cual pueda reducirse todo lo existente, desde el punto de vista metodológico sería sensato suponer que las relaciones sociales se rigen por leyes objetivas que no pueden reducirse a leyes psicológicas o físicas, que no pueden comprenderse sólo por la introspección por muchos que sean méritos de tal método”.


Fuente: De Keynes a la síntesis neoclásica: análisis crítico -Cap VII: TEORÍA MARXISTA DE LA REPRODICCIÓN Y TEORÍA BURGUESA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO - Editorial Progreso

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