La economía cayó 6,7 % en julio, la mayor baja desde 2009. El dólar sube un 80,3% en un año, y licua los salarios. La inflación va rumbo a superar el 32 %. Aumenta la pobreza. Y el empleo registrado cae mientras aumenta la informalidad.
En agosto la economía acumulará cuatro meses de caída y los indicadores que se conozcan de aquí a fin de año seguirán en rojo, con datos negativos para el salario real, para el empleo y para la pobreza, lo que plantea un cuatrimestre final con mayor conflictividad social y grandes desafíos políticos y financieros para el gobierno de Mauricio Macri.
Las previsiones privadas hablan de una inflación anual de hasta el 35 por ciento y de una caída de entre ocho y 10 puntos del salario, con impacto directo en el consumo.
En tanto, las necesidades financieras de la Argentina para 2019 alcanzan los 70.000 millones de dólares. Casi 40.000 millones están asegurados por el FMI. Hay 20.000 millones de dólares que dependen de las renovaciones de deuda, es decir, del ánimo de los inversores financieros. Y de algún otro lado deberán salir 10.000 millones más.
En esta semana, Macri, su gabinete y los ministros de Economía de las provincias avanzarán en la cocción de un ajuste de 300 mil millones de pesos para 2019, con afectación de la obra pública. Con el mercado financiero internacional vedado por la suba del riesgo país, el Gobierno buscará llegar con el financiamiento vía ajuste fiscal y devaluación de la moneda.
Con un análisis de la historia económica, podemos deducir que es lo ocurrirá: nunca los indicadores socioeconómicos mejoraron en una etapa de ajuste fiscal. Y, en este escenario, la CGT convocó a un plenario de secretarios generales que se desarrollará el miércoles en la sede de La Fraternidad, en Buenos Aires. Con impulso del moyanismo, los gremios del transporte que lidera Juan Carlos Schmid propondrán una huelga general que se realizará antes de fin de septiembre. Un sector de la oposición busca salidas pacíficas a una posible conflictividad social, mediante diálogo. Pero al gobierno está opción no le interesa mucho. Humberto Schiavoni, presidente del bloque de Senadores del PRO, ya adviertio que “no hay posibilidad de armar un pacto de gobernabilidad” con la oposición.
Según revela Schiavoni, Macri apelará sólo a la “responsabilidad” de los gobernadores, quienes también deben establecer medidas de contención social y sindical en las provincias.”El Presidente está preocupado, entiende la situación”, le dijo a este diario uno de sus colaboradores más cercanos. Eso explica el giro discursivo, por el que el mandatario habló dos veces en la semana de la causa judicial de los cuadernos. “Toda la plata de la corrupción explica las cosas que nos faltan”, dijo.
Los indicadores muestran que la economía cayó 6,7 por ciento en julio, la mayor baja desde 2009. El dólar sube un 80,3 por ciento en un año, y licua los salarios. La inflación va rumbo a superar el 32 por ciento. Sube la pobreza. Y el empleo registrado cae mientras aumenta la informalidad. Entre el 1° de enero y el 31 de julio, la Argentina perdió 116.700 empleos registrados (públicos y privados), según indican los últimos números informados por el Ministerio de Trabajo, de acuerdo con la cantidad de aportantes del Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa).
El miércoles, el Ministerio de Trabajo dará a conocer los datos de agosto, que, por la tendencia inercial y por los números de la actividad económica conocidos recientemente, mostrarán una aceleración en la caída del empleo registrado.
Los resultados del empleo en la era Cambiemos dejan mucho que hablar: desde diciembre de 2015, cayó 2,7 puntos porcentuales en términos reales. Mientras la población creció un 3,1 por ciento, el empleo registrado avanzó 0,3 por ciento, indica un análisis del Observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo (Cepe).
En paralelo, 63 bancos y consultoras estarán enviando al Banco Central sus nuevos pronósticos sobre inflación, sobre tipo de cambio y sobre PIB para este año y para los próximos 12 meses.
Cuando parecía que la inflación debía comenzar a caer por el abrupto descenso de la demanda, aceleró un poco más y se acercó al cuatro por ciento en agosto, lo que arroja el peor resultado en la era Macri.
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