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102 aniversario del PCA: Rodolfo Ghioldi

FRAGMENTOS DEL DISCRUSO PRONUNCIADO CON MOTIVO DEL 50° ANIVERSARIO DEL PARTIDO COMUNISTA DE LA ARGENTINA (Discurso pronunciado en la reunión del CC realizada el 6 de enero de 1968).



“En un día como el de hoy, hace exactamente cincuenta años, fundábase en Buenos Aires, con presencia de delegaciones de la Capital y de diversas provincias, el Partido Socialista Internacional, que un año después hacía llegar su adhesión a la Internacional Comunista, recién creada; en 1920, en cumplimiento de las decisiones del segundo congreso de la Internacional Comunista, nuestro Partido pasó a llamarse Comunista. Esta sesión plenaria se realiza para celebrar esta magna fecha del movimiento obrero y revolucionario argentino.

La formación de nuestro Partido, como vanguardia revolucionaria organizada del proletariado, era la expresión de un ascenso cualitativo en el desarrollo de la lucha de clases.

Heredero de las mejores tradiciones combativas de los obreros de nuestro país, nuestro Partido aparecía en el escenario de la sociedad argentina como el abanderado de las luchas por la liberación social y nacional, y como testimonio irrefutable de la voluntad de los sectores más avanzados de la clase obrera de asegurarle a ésta el ejercicio dela hegemonía en el movimiento democrático general. (…)

El surgimiento de nuestro Partido venía a coronar un período intenso de luchas económicas, políticas, sociales y culturales; durante los primeros tramos del siglo en curso se consolidó la unidad sindical de los obreros, fortalecida por las huelgas parciales y generales y por los combates heroicos y ejemplares contra la bárbara legislación antiobrera y atidemocrática simbolizada ésta especialmente en las leyes llamadas de “residencia” y de “defensa social”; a la vez, los colosales levantamientos agrarios de La Pampa y de Alcorta, en los cuales los comunistas habían jugado un papel dirigente principalísimo, daban la indicación de que se reunían las condiciones para postular la alianza obrero-campesina; paralelamente, crecía el movimiento ciudadano contra la oligarquía política y por el sufragio libre, y se preparaban los factores que algo más tarde desembocarían en la Reforma Universitaria; en la ciudad de Córdoba, asiento inicial del gran movimiento, fue un camarada comunista quien selló la fraternidad combatiente entre los obreros y los estudiantes; en la Capital, en Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe y otras provincias, estallaban las importantes huelgas de los maestros de escuela. El país bullía. Pero un hecho fundamental y decisivo cubrió todo ello, y puso su impronta en los acontecimientos y agitaciones de aquellos días, que eran los días de la primera guerra imperialista mundial; fue la consecuente posición antiguerrera e internacionalista de las organizaciones adultas y juveniles, y de los diversos camaradas, que habrían de dar luego origen a nuestro Partido. (…)

Nuestro Partido, que luchó con entereza y gallardía en defensa de la independencia política de la clase obrera, fue siempre el campeón de la unidad, y mucho nos honra que la gente sencilla del pueblo piense y diga que Partido Comunista y unidad antiimperialista y antioligárquica se identifican. Sí, lo dijimos siempre, lo repetimos siempre: nuestro Partido estimula la unidad férrea de la clase obrera, la unidad obrero-campesina, la unidad democrática contra la oligarquía terrateniente y contra el imperialismo, y a través de todas las acciones unidas marcha hacia la revolución democrática, agraria y antiimperialista, como etapa inicial del curso hacia el socialismo y el comunismo. (…)

Nuestro Partido bregó incansablemente por la organización independiente de la clase obrera, no limitándose a su simple prédica; numerosos sindicatos nacieron de esa actividad. Lo mismo cabe decir de la contribución innegable de los militantes comunistas en la constitución de muy amplios movimientos de masa, ya en el campo de la solidaridad obrera, popular y democrática, ya en el terreno del antiimperialismo. Paralelamente, el Partido cuidó y preservó su personalidad ideológica, tanto en lucha contra las presiones externas de la burguesía nacional, como en el combate intransigente contra las desviaciones, provinieran éstas del oportunismo de derecha o del oportunismo de izquierda; por la experiencia mundial y por la propia de nuestro país sabemos de sobre que, al final, ambos oportunismos se confunden en una sola cosa; uno y otro sirven al enemigo de clase. (…)

Nuestro Partido es fuerte no sólo por su caudal orgánico y por su gran influencia política, sino igualmente por el poderío crecientemente decisivo del comunismo mundial. Cualquiera sea la situación que nos cree, la línea política de nuestro Partido es invencible porque el programa de la revolución democrática, agraria y antiimperialista traduce con exactitud una necesidad objetiva de la sociedad argentina.

¡Viva el Internacionalismo Proletario! ¡Viva el marxismo-leninismo! ¡Viva el Partido Comunista de la Argentina!”

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