Articulo sobre las combatientes soviéticas en la Gran Guerra Patria contra el nazi fascismo, publicado en el periódico soviético 𝙆𝙤𝙢𝙨𝙤𝙢𝙤́𝙡𝙨𝙠𝙖𝙞𝙖 𝙋𝙧𝙖𝙫𝙙𝙖 el 𝟭𝟴 𝙙𝙚 𝙛𝙚𝙗𝙧𝙚𝙧𝙤 𝙙𝙚 𝟭𝟵𝟰𝟯. Extraído del Facebook de Editorial Rodina.
En octubre del 1941 se formaban en Moscú batallones obreros. En el centro de reclutamiento de uno de los batallones se presentaron las jóvenes comunistas Natalia Kovshova de veinte años, y María Polivánova de dieciocho, pidiendo que las enviaran al frente. El comisario del batallón se negaba a incorporar las muchachas a la unidad: le parecían demasiado delicadas, incapaces de resistir las inclemencias de la vida militar. Pero las muchachas insistieron. Marusia y Natasha dijeron que estaban preparadas para combatir, que habían terminado la escuela de snaipers. Por fin, el comisario las aceptó, y Polivánova y Kovshova fueron enviadas al frente.
El comisario no tuvo que arrepentirse de su decisión: la resistencia de estas muchachas sorprendía incluso a los combatientes más baqueteados. Podían estar tendidas sobre la nieve horas y horas, marchar en esquís decenas de kilómetros, permanecer en guardia jornadas enteras. Marusia y Natasha eran tiradoras certeras.
Cuando las muchachas habían matado más de trescientos alemanes, el Gobierno las condecoró a ambas con la orden de la Estrella Roja. Las inseparables amigas ingresaron el mismo día en las filas del Partido Comunista.
El 14 de agosto del año 1942, Kovshova y Polivánova participaron en un combate muy duro. Los alemanes se abrían paso furiosamente hacia adelante. El grupo de combatientes del que formaban parte las heroicas muchachas rechazaba tenazmente los ataques, pero las filas de los valientes se iban aclarando poco a poco.
Sólo tres quedaban con vida: Natasha Kovshova, Marusia Polivánova y el snaiper Nóvikov. Los tres estaban heridos y se les habían terminado los cartuchos. A las muchachas les quedaban solamente cuatro granadas. Los alemanes se iban acercando cada vez más. Las muchachas les lanzaron dos granadas. Marusia, herida por segunda vez, yacía en tierra. También cayó Natasha. Los fascistas llegaron hasta donde se encontraban; uno de ellos, incluso golpeó a Natasha con el pie. Entonces las valientes moscovitas hicieron explotar las últimas granadas. Volaron ellas mismas, pero la metralla de las granadas mató también a los alemanes que las rodeaban.
Ni un solo hitleriano pasó por el sector que defendían con su certero fuego las audaces combatientes Kovshova y Polivánova. Llegaron refuerzos y la unidad siguió avanzando.
A Natalia Kovsheva y María Polivánova les ha sido otorgado después de su muerte el título de Héroe de la Union Soviética.
𝐅𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨.
𝙆𝙤𝙢𝙨𝙤𝙢𝙤́𝙡𝙨𝙠𝙖𝙞𝙖 𝙋𝙧𝙖𝙫𝙙𝙖 𝟭𝟴 𝙙𝙚 𝙛𝙚𝙗𝙧𝙚𝙧𝙤 𝙙𝙚 𝟭𝟵𝟰𝟯
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